Lo que parecía un sueño hecho realidad se convirtió en una pesadilla para los habitantes de Ciudad del Campo. Aunque los ciudadanos anhelaban la terminación del nuevo puente de Juanchito para mejorar la movilidad en la vía, actualmente son afectados por diversos problemas de seguridad que ha obligado a algunos vecinos a plantearse abandonar sus hogares.
A pesar de la cercanía con Cali, los habitantes de Ciudad del Campo y Urbanización Pereira se demoraban mucho tiempo en llegar a sus hogares, ya que era difícil el tráfico en la vía que conduce a Candelaria, situación que se solucionó con la habilitación del puente nuevo, sin embargo, ahora tienen nuevas luchas.
“Con el puente nuevo la movilidad quedó muy buena, pero resulta que el puente antiguo nos quedó exclusivamente a los habitantes de Ciudad del Campo y de la Urbanización Pereira y eso se convirtió en un caos porque la inseguridad en ese pedazo se volvió fatal”, explicó Mauricio Orozco, presidente de la Junta de Acción Comunal de Villas del Samán, de Ciudad del Campo.
Según el líder, las personas no pueden transitar por inmediaciones del puente antiguo a Juanchito después de las 5:30 p.m., ya que son atacados por delincuentes que buscan hurtar sus pertenencias, situación que han padecido al menos 30 personas en los últimos meses.
“Eso se convirtió en un atracadero donde ya han quitado motocicletas, han habido apuñalados y hasta la bomba de gasolina Primax, a diez minutos del CAI, también la han robado”, sostuvo Orozco.
Si bien Ciudad del Campo está a pocos minutos de la capital del Valle, en esta área pequeña hay tres jurisdicciones: Cali y Candelaria, pertenecientes a la Policía Metropolitana de Santiago de Cali; y Palmira, bajo el mando del Departamento de Policía Valle, lo que le dificulta a los ciudadanos obtener atención de los uniformados.
“Siempre que llamamos a la Policía dicen que esto no es jurisdicción de ellos. Si llamamos a la estación de Juanchito no somos de la competencia de ellos, si se llama a la Policía de Cali de aquí a que ellos lleguen ya los bandidos han atracado a todo el mundo, entonces eso es un problema de territorio”, sostuvo el líder comunitario.
Por su parte, el mayor Jonathan Hernández, comandante de la Estación de Policía de Palmira, jurisdicción a la que pertenece Ciudad del Campo, aseguró que en la zona existe un Centro de Atención Inmediata con las capacidades para atender las necesidades de la comunidad.
A pesar de lo anterior, Mauricio Orozco informó que la inseguridad se presenta porque no son comunes los patrullajes de la Policía y quedan a merced de los delincuentes, aunque el mayor Hernández aseguró que existen caravanas de seguridad en estas zonas afectadas.
¿Quién debe enfrentar la situación?
De la misma manera el líder afirmó que ante la inseguridad algunos ciudadanos han pensado en vender sus propiedades y mudarse a lugares donde tengan tranquilidad.
La situación ha escalado a niveles alarmantes, tanto así que algunos vecinos propusieron a quienes poseen armas que se hagan rondas en las noches y en las madrugadas con el fin de ‘defenderse’, “la idea no es esa, no podemos llamar a la violencia, por el contrario, tenemos que llamar a una paz pero que podamos llegar a nuestro destino tranquilos”, dijo Orozco.
Sobre el tema, el comandante de la Estación de Policía de Palmira indicó que es indispensable que para mejorar la seguridad se implemente el nuevo modelo de servicio de la institución, el cual consta de la ciudadanía, el ente territorial y los uniformados, sin embargo, son las autoridades quienes ejercen autoridad y velan por la seguridad de los ciudadanos sin importar la jurisdicción a la que pertenecen.
Hace falta de autoridad
El Presidente de la Junta de Acción Comunal expresó que además de la soledad del puente antiguo de Juanchito, la falta de iluminación es otro de los factores que favorece la inseguridad en las noches, por lo que pidió ayuda para solucionar esta situación.
Según los ciudadanos, dentro del barrio también hace falta mayor presencia policial, principalmente para controlar a algunos menores de edad que manejan vehículos a toda velocidad sin control e incluso consumen bebidas alcohólicas.
“Son muchas cosas que ocurren donde no hay quien regule lo que pasa a diario. Los fines de semana son catastróficos, por ejemplo, hay un estanco que tiene la música encendida desde temprano y son la una, dos, tres, cuatro de la mañana y todavía siguen en movimiento, es muy complejo porque hace falta que haya autoridad ejerciendo control”, sostuvo Orozco.
A pesar de estas denuncias, el mayor Hernández afirmó que existe constante comunicación con las unidades de la Policía de todas las jurisdicciones. “Desde el nivel central de Palmira se tiene a Ciudad del Campo dentro de las prioridades y se envían apoyos adicionales como las Caravanas de la Seguridad”.