El Jarillón del Río Cali, entre las calles 34 y 52 norte, se ha convertido en una de esos límites urbanos en los que colindan dos realidades. Por un lado están barrios como Vipasa, Prados del Norte, Urbanización La Merced y Álamos, de estratos 4 y 5, con establecimientos dedicados a gastronomía, servicios de salud y comercio, y por el otro, un asentamiento irregular urbano, alimentado por el abandono gubernamental, compra de reciclaje y mal manejo de basuras, que representa un problema de inseguridad para los habitantes de este sector del norte de la ciudad.
Preocupados afirman estar los vecinos de estos barrios, quienes aseguran que se han incrementado los casos de hurto a viviendas, personas e infraestructura pública por parte de habitantes de calle que viven en inmediaciones del Jarillón del Río Cali en la Avenida 2 norte entre calles 34 y 52 norte.
Según David Parra, líder social y coordinador de seguridad del barrio Urbanización La Merced, la comunidad de la mano de las autoridades han levantado 37 cambuches ubicados a las orillas del Río Cali, sitio que presenta múltiples problemas, pues no solo los asentamientos ilegales alteran el orden, también la acumulación de basuras estaría afectando esta zona en la que se daría la comercialización de objetos hurtados.
“Aquí el problema es la presunta comercialización de objetos robados y la zona del puente de la calle 44, que es un basurero crónico”, aseveró Parra.
Según los habitantes de esta zona de la Comuna 2, este puente es un punto neurálgico, no solo por la cantidad de basuras, sino por el comercio de reciclaje del sector. Además, para los vecinos del barrio Vipasa, que es el que colinda con esta zona de la calle 44 norte con avenida 2, las personas en condición de calle estarían contaminando los andenes cerca a sus hogares en horas de la tarde y en la noche cometen delitos de hurto a la infraestructura pública o viviendas.
“Aquí hay muchos habitantes de calle desvalijando las casas, los contadores, las tapas de alcantarilla, los carros, las motos, todo. Se están llevando los cables de los postes para vender el cobre y algunos de los recicladores que recogen la basura durante el día, vienen en la madrugada a robar”, comentó uno de los vigilantes del barrio Vipasa.
Incluso en trabajos articulados con la Secretaría de Seguridad y Justicia y La Policía Nacional, se han creado Frentes de Seguridad con el fin de controlar esta problemática.
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“El mayor problema es la delincuencia de las personas sin hogar. Precisamente en esa ocupación irregular de espacio público que se tiene en el Jarillón del Río Cali se han encontrado hasta 38 cambuches. En nuestro trabajo como Comité de seguridad del barrio, hemos encontrado que en esta zona de invasión conviven delincuentes y tenemos a más de 10 identificados, los cuales los pusimos en una plantilla y se la entregamos a nuestro cuadrante para que tenga conocimiento de estos inescrupulosos y a su vez, para que la comunidad pueda estar alerta ante su presencia. Tenemos la gran seguridad de que la mayoría de delincuentes provienen de este asentamiento irregular”, afirmó David Parra.
El líder social Mauricio Aponte resaltó que el problema de los asentamientos urbanos irregulares sobre la zona verde del Río Cali, entre las calles 44 y 46 se ha recrudecido, pues este espacio está “cada vez más habitado. El viernes, hacia las 3:00 p.m., un vecino estaba pidiendo ayuda al cuadrante porque observó que estaban haciendo tres cambuches más”.
Otro punto que destacó Aponte es el de las quemas que hacen los habitantes de estos asentamientos, pues “al intentar pelar el cobre queman basura que traen de otros sectores de la ciudad y el humo nos afecta”.
El líder social también denunció que en el punto donde se encuentran la calle 47 con avenida 2, se ha convertido en un espacio la prostitución de personas que esperan en la calle a sus clientes.
Adicionalmente, la comunidad de este sector del norte de la ciudad ha manifestado su preocupación respecto a un proyecto de la Alcaldía de Cali en el cual se construirían aproximadamente cuatro puentes peatonales que conectarían ambas orillas del Río Cali.
“Si normalmente tenemos complejidades de seguridad con solo dos pasos vehiculares, con cuatro o seis puentes peatonales la situación va a empeorar”, señaló Mauricio Aponte, motivo por el cual los habitantes de este sector hacen un llamado a la Alcaldía para que priorice la seguridad del sector.