El feminicidio de Michel Dayana González el pasado diciembre en el barrio San Judas, sur de Cali, conmocionó a la ciudad y al país debido a la violencia que se ejerció contra la joven. Cabe recordar que en las cámaras de seguridad cercanas a su casa se pudo apreciar cuando la adolescente de 15 años salió hacia la tienda el Día de las velitas de 2023, pero no regresó a su hogar.
Desde ese momento inicio la búsqueda de Michelle que terminó en un taller de carros cerca a su casa al día siguiente cuando se encontró su cuerpo desmembrado.
“Ella había estado muy alegre en estos últimos días, había estado muy contenta y se veía radiante. Se encontraba emocionada porque en enero íbamos a ir a pasear al Lago Calima. Yo le había dicho que iba a trabajar duro este diciembre para que viajáramos. Sé que mi hija murió feliz a pesar de lo trágico que fue su partida”, contó don Genaro González, a El País unos días después de la tragedia.
Posteriormente las autoridades comenzaron a buscar al responsable, quien el mismo día del hallazgo huyó de Cali, pero gracias a la difusión de su fotografía por todo el país y a la recompensa de hasta $100 millones ofrecidos por la Alcaldía de Cali, fue identificado en Villavicencio por una ciudadana tres días después de que se encontrara el cuerpo de la niña.
El vigilante del establecimiento, Harold Andrey Echeverry, de 41 años, quien laboraba hacía medio año en el taller fue capturado y enviado a prisión por ser el principal sospechoso de la muerte de la menor, quien confesó el cargo de feminicidio. Cabe resaltar que este sujeto contaba con un reporte de 2019 por abuso sexual contra menor de edad y hace pocos días fue condenado por otro abuso que cometió cinco días antes de crimen de Michelle.
Echeverry fue condenado el 2 de febrero de 2024, el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Cali a 47 años de prisión por el delito de feminicidio agravado y está cumpliendo su pena en la cárcel de Valledupar, hasta donde llegó el programa de televisión El Rastro para conocer la versión del homicida.
“Empezó una discusión y ya. Me dio con un destornillador y yo me defendí y le pegué en la cabeza y ella cayó. Quedó convulsionando, fue horrible. Esa decisión, creo yo, que la tomé por miedo, estaba desorientado, fue algo que en 5 minutos me cambió la vida”, le afirmó al medio.
Cuando se le preguntó sobre qué le diría a los familiares de la menor, que sufren su partida, Echeverry respondió: “No hay razón para hacer lo que yo hice, es algo que a mí me ha dolido. No tengo cómo pagarles el daño a ellos, no tengo cómo devolver una persona a la vida. Que me perdonen. Yo sé que no hay manera de perdonar a una persona así, yo mismo le desearía la muerte a una persona que me hiciera eso, pero no era algo que yo tuviera planeado. Si pudiera lo haría y quisiera ser yo el muerto”.