La ola de asesinatos de uniformados de la Fuerza Pública en varias regiones del país, es en parte retaliación del Clan del Golfo por los operativos en los que han muerto sus cabecillas, las disputas por las rentas criminales y el interés en demostrar su fortaleza de cara a una posible negociación con el nuevo gobierno.

De acuerdo con el ministro de defensa, Diego Molano, tan solo en el mes de julio se han registrado seis de los 16 asesinatos a miembros de la Policía, solo en Antioquia.

Según la versión oficial, en el marco del denominado Plan Pistola estarían ofreciendo hasta $2 millones por cada uniformado asesinado en el Urabá y Bajo Cauca antioqueño.

Además, el ministro Molano aseguró que la violencia también se ha desatado por la disputa que sostienen en el departamento alias Chiquito Malo y alias Siopas, en su afán por tomar el control de la organización.

“Desde la extradición de alias Otoniel, el Clan del Golfo puso en jaque al Gobierno en el departamento de Antioquia, especialmente en el Bajo Cauca antioqueño, en Arauca, Urabá y Córdoba. Situación que aunque ha generado alerta, no es algo que pueda sostener este grupo armado, pues es una organización criminal que basa sus finanzas en el narcotráfico y que necesita mucho más recursos para generar un impacto con esta ola de violencia”, sostuvo Iván Carvajal, consultor en temas de seguridad y experto en inteligencia estratégica.

Por su parte, Jhon Marulanda, presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia, afirmó que “ofrecer dinero por el asesinato de policías es lo mismo que hacía Pablo Escobar en su época. Lo que está haciendo el Clan del Golfo es repetir esta historia, para demostrar que dominan el territorio y como venganza por la extradición de ‘Otoniel’”

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Según los expertos, que esta organización criminal esté pagando millones por el asesinato de policías es coherente con el proceder de grupos narcotraficantes, “el Plan Pistola es algo tan vigente hoy en día, como lo fue en la época de Pablo Escobar. En el país mueren por estos hechos dos o tres policías a la semana”, puntualizó Carvajal.

Cabe recordar que Colombia tiene seis puntos críticos de orden público, en los que el conflicto está más activo y por donde pasan rutas del narcotráfico estratégicas: la costa Nariñense, Norte del Cauca, Bajo Cauca antioqueño, Urabá, Catatumbo y Arauca.

“Lo que estamos viendo es una defensa en la cadena de producción de todo lo que tiene que ver con los cultivos de cocaína, la siembra, los cristalizaderos y las rutas de salida de estas drogas. Además, el recambio del mando puede estar generando decisiones osadas, producto de la reacción apresurada y poco inteligente de algunos cabecillas”, sostuvo Carvajal.

Apreciación con la que coincide Marulanda y agrega que Antioquia es clave para el Clan del Golfo ya que en esta zona delinquía su máximo jefe.

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¿El Clan del Golfo estaría buscando dividendos políticos?

De acuerdo con el análisis de algunos expertos, el Clan del Golfo estaría realizando estos actos de violencia para que se le reconozca estatus político y llegar fortalecidos a una eventual negociación con el Gobierno de Gustavo Petro.

“Es muy probable que los mandos del Clan del Golfo se estén jugando la carta para establecer contacto con el Gobierno entrante, pero esta situación es muy difícil, pues no tienen un trasfondo ideológico o político que pueda generar algún tipo de negociación”, dijo Iván Carvajal.
Asimismo, aseguró que la situación del Clan es muy diferente a la de grupos armados como el ELN, que, supuestamente, tienen motivaciones ideológicas. No obstante, en los últimos meses han realizado acciones terroristas y ataques conjuntos.

Por su parte, el Clan del Golfo no tiene un estatus de organización política armada, pues su renta criminal se basa en el narcotráfico que sale por la zona de Antioquia, y lo que hace es que sus acciones sean parecidas a las de extintos carteles del narcotráfico.