Las autoridades detuvieron en las últimas horas a siete personas, entre ellas a dos infantes de marina, señalados de pertenecer, presuntamente, a una alianza criminal entre el Clan del Golfo y algunos integrantes de la fuerza pública para facilitar la ejecución de actividades ilegales en el departamento del Chocó.
La investigación reveló que el Clan del Golfo habría incluido en su nómina ilícita a los infantes de marina a quienes les transfería hasta tres millones de pesos por información que les permitiera a los cabecillas evadir las operaciones militares en la región o conseguir armas de fuego, munición y otros elementos.
También descubrió que ese grupo ilegal le pagaba 10 millones de pesos mensuales al exintegrante de la Armada Nacional, a cambio de datos y detalles precisos que les permitieron huir del asedio de la fuerza pública.
Los demás detenidos son José Albeiro Aguirre, alias Luis, señalado cabecilla financiero de la subestructura Jairo de Jesús Durango Restrepo; Nelson Hurtado Vanegas, alias Chamber, presunto cabecilla del ala narcotraficante del Clan del Golfo en Chocó; Juan Diego Mosquera Saavedra, alias Pájaro y Julián Arcenio Macías Cardona, alias Conejo, posibles articuladores principales de la subestructura Pacífico o Playas.
Todos fueron imputados los delitos de concierto para delinquir agravado; y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas. Y fueron enviados a la cárcel.
El reto de negociar con el clan del golfo
Según un informe reciente de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), la negociación del Gobierno Nacional con el Clan del Golfo presenta desafíos únicos en el contexto de la Paz Total.
El documento señala: “está al máximo de sus capacidades, aplica una exitosa fórmula de expansión que continúa dando resultados, consolida una faceta política, gana y se mantiene a flote en diferentes disputas territoriales, conserva grandes cantidades de dinero y resiste con eficiencia las acciones de la Fuerza Pública”, según la FIP.
Desde 2018, el Clan del Golfo ha experimentado un aumento del 95% en sus efectivos, lo que lo convierte en el grupo armado más grande del país. Ha pasado de tener influencia en 179 municipios de 10 departamentos a operar en 238 municipios de 16 departamentos.