Al ELN no hay que medirlo por la cantidad de hombres que tiene en armas. Hay que hacerlo es por la capacidad política y militar que tiene en las regiones y barrios de las ciudades donde hace presencia: la frase es de uno de los hombres de inteligencia militar que más conoce a la guerrilla que esta semana propinó el más duro golpe contra la Policía en la historia reciente del país.
Pero no fue el único ataque. A mitad de semana confirmaron que es de su autoría el secuestro de los tripulantes del helicóptero al servicio de la Brinks, que llevaba una millonaria suma y que fue derribado en San José de El Tarra, Norte de Santander.
La ofensiva, según el comunicado, se hizo con “unidades antiaéreas del Frente de Guerra Nororiental”.
Sorprendió la revelación de que el ELN cuente con baterías para derribar aeronaves; tanto, que pasó desapercibido el hecho de que tuvieran información de que a bordo de ese helicóptero iban $1500 millones y pocos repararon en la capacidad de inteligencia de sus estructuras.
Dos días después de ese mensaje, y cuando el país se preguntaba por la suerte de la tripulación, un carrobomba con 80 kilos de pentolita mató a 2o policías que hacían el curso de cadetes en la Escuela General Santander de la Policía. Allí también murió el prsunto victimario y quedó claro que la inteligencia de esa guerrilla, con la que se ha intentado un accidentado proceso de paz, fue superior a la contrainteligencia del Estado.
“En el campo militar, el ELN demuestra que no tiene voluntad de negociar”, dijo la fuente, que explicó cómo operan las facciones al servicio del Ejército de Liberación Nacional.
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Su ubicación
El ELN tiene seis frentes territoriales cuyos ingresos no están solo relacionados con el narcotráfico, hay cabecillas que no quieren meterse de lleno en el negocio, porque “no quieren cometer el mismo error de las Farc”.
“Ellos lo dicen claramente en sus filas. No quieren tener cultivos, laboratorios, procesadoras de droga o manejar las exportaciones, porque detrás de ellos está el golpe de las autoridades. Eso se ve en el hecho de que nunca le han dado un golpe como el que le dieron a ‘Alfonso Cano’ o al ‘Mono Jojoy’”, precisa el militar consultado.
Lo que sí se ha identificado es que dentro de la cadena del narcotráfico se dedican al cobro del gramaje e impuestos por la sacada de la droga de los territorios que controlan.
A eso hay que sumarle que sus rentas criminales también derivan de la minería ilegal y del secuestro, práctica que no dejaron, pese a que fue una de las condiciones que impuso el Gobierno Duque para seguir con los diálogos.
En los últimos meses también se ha detectado como fuente de ingreso el contrabando de combustible por la frontera venezolana. En octubre pasado, alias La Patrona fue detenida por la Policía Fiscal y Aduanera, señalada de vender gasolina proveniente del vecino país y cuyas ganancias eran enviadas a las estructuras de ‘Pablito’.
“Económicamente están muy bien, eso es innegable —añade la fuente—. Así se surten de armas que ingresan por las fronteras con Panamá, Ecuador y Venezuela, especialmente fusiles M16, fusiles tierra aire y ametralladoras que consiguen en el mercado ilegal”. Sin embargo, es un grupo que evita el enfrentamiento con el Ejército y se dedica a ataques sorpresa, como el del jueves.
Sistema de tríadas
La forma de atacar del ELN responde a un sistema de tríadas, es decir, son tres personas las que se encargan de cometer los atentados. Una se encarga de inteligencia, otra asume la parte logística y, la última, por lo general la más experimentada, es la que perpetra el hecho.
Por encima de las tríadas están las comisiones, compuestas por seis integrantes, y le siguen las escuadras, que son de doce personas, y más arriba las compañías. Estas deben reportar a los frentes guerrilleros y frentes de guerra, que reciben órdenes de la Dirección Nacional, que integran 17 cabecillas.
En el campo dependen de los frentes rurales y en las ciudades dependen de los colectivos, que a su vez les responden de las regionales.
Los frentes guerrilleros están en una región específica, como por ejemplo el ‘Domingo Laín’, en Arauca; el ‘José David Suárez’, en Casanare, y el ‘Adonay Ardila Pinilla’, en Boyacá. Todos del Frente de Guerra Oriental.
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Los otros frentes de guerra son el Occidental, que hace presencia en Chocó; el Nororiental delinque en Catatumbo; el Norte, cuyas facciones están en La Guajira y Cesar; el Noroccidental que tiene unidades en Antioquia, límites con Chocó y parte del sur de Bolívar; Oriental, en el llamado ABC, es decir, Arauca, Boyacá y Casanare, y el Suroccidental, Cauca, Valle del Cauca y Nariño.
Sobre este último hay especial atención porque están ocupando espacios que dejaron las Farc. “Allá están las cuadrillas Manuel Vásquez Castaño (Cauca) y Comuneros del sur (Nariño) con capacidad amplia de ataque.
El mando general está a cargo del Comando Central conformado por Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’; Eliécer Erlington Chamorro Acosta, alias ‘Antonio García’; Israel Ramírez Pineda, alias ‘Pablo Beltrán’; Gustavo Aníbal Giraldo, alias ‘Pablito’, y Rafael Sierra Granados, alias ‘Ramiro Vargas’.
Sobre ellos pesan circulares rojas de la Interpol. En su alocución del viernes, el presidente Duque reactivó las órdenes de captura de diez negociadores en La Habana.
Venezuela ha sido un tema álgido en las relaciones bilaterales por el señalamiento de dar abrigo a los jefes de esa organización. Uno de los hechos recientes fue la detención en noviembre por parte de la Guardia Nacional Bolivariana de uno de los jefes del Frente de Guerra Oriental: Luis Fernando Ortega Bernal.
Mientras la Cancillería colombiana no dudó en calificarlo como guerrillero del ELN, Vladimir Padrino, ministro de Defensa venezolano, lo llamó “líder de una banda delictiva del Vichada”.
La fundación Insight Crime publicó un informe al respecto y precisó que en poder del detenido se hallaron varios documentos del vecino país, entre ellos, el llamado ‘Carné de la patria’ a nombre de Gabriel Alfonso Ariza.
- Para esta organización, el ELN actúa hasta 1500 kilómetros desde la frontera colombiana con Táchira y por espacio venezolano hasta estados fronterizos con Guyana y Brasil, como Bolívar y Amazonas; y costeros como Anzoátegui y Falcón. Es decir, se mueven sin obstáculos por el país que gobierna Nicolás Maduro.
Presencia de milicias en el Valle
Según la fuente militar consultada, para el ELN ha sido crucial su presencia en el Valle del Cauca no solo para adoctrinamiento ideológico de jóvenes sino como puerta de acceso al Pacífico.
En el primer propósito han mantenido presencia en las zonas populares de Cali con las llamadas milicias, dedicadas al reclutamiento y a realizar labores de inteligencia.
Entre las actividades más recientes, y en las que las autoridades han responsabilizado a las milicias del ELN, están los disturbios de encapuchados y el bloqueo de vías frente a la Universidad del Valle, en ocasiones disfrazadas de manifestaciones estudiantiles.
Desde esta región del país, dice un informe de Inteligencia Militar, salió hacia la mesa de negociaciones de La Habana Juan Carlos Cuéllar, alias Viejo, como gestor de paz.
También a través del Valle se están movilizando los hombres que han llegado del centro y el oriente del país a fortalecer las estructuras que se disputan a sangre y fuego el control de las rutas del narcotráfico por el Pacífico caucano y nariñense.
Con ese propósito han protagonizado ataques en zonas rurales de municipios como Jamundí, por el control hacia el Naya; Bolívar y El Dovio por el control del cañón de Garrapatas, así como el control de la minería ilegal en Buenaventura y Dagua, entre otros.
Cabecillas del ELN
‘Gabino’
Nicolás Rodríguez Bautista es, a sus 69 años, el comandante máximo del ELN. Nació en San Vicente de Chucurí (Santander) y desde los 14 años ingresó en esta organización armada ilegal. Hace también parte del Comando Central del ELN, conocido como Coce.
‘Antonio García’
Eliécer Herlinto Chamorro Acosta nació hace 63 años en Mocoa, Putumayo. Ha hecho parte de varios intentos por sentar a este grupo guerrillero en una mesa de diálogos. Informes de Inteligencia dicen que se oculta en Venezuela.
‘Pablo Beltrán’
Israel Ramírez Pineda es miembro principal del Comando Central de ELN. Nació en San Gil, Santander, en diciembre de 1953 y desde el 2016 es el jefe del equipo negociador del ELN en las negociaciones de paz con Santos y Duque.
‘Pablito’
Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía es miembro del Comando Central del ELN y la máxima autoridad de esa organización en la frontera venezolana. Ingresó al grupo ilegal en 1997, en Arauquita y es uno de los opositores a las negociaciones con el Gobierno.