Luego de los cruentos combates registrados hace unos días entre las veredas El Encanto y La Playa, en zona rural de Argelia, en los que fallecieron ocho disidentes de las Farc, trascendió que uno de ellos era una menor de 14 años reclutada a la fuerza por el grupo armado autodenominado Carlos Patiño de las Farc.
“Era una niña, no tenía razón o conocimiento de que empuñar un arma no era lo correcto, sus padres son muy pobres y eso lo aprovechó este grupo armado ilegal para reclutarla a la fuerza”, expresó un familiar en diálogo con periodistas de la región, afirmando así la denuncia de organizaciones sociales sobre que dicho grupo armado recluta a la fuerza niños y adolescentes, así como a excombatientes de la entonces guerrilla de las Farc, incluso en medio de la cuarentena.
La persona entrevistada corroboró que la menor respondía al nombre de Yina Fernanda Gómez Mosquera, una pequeña caucana que, a su corta edad, debió cambiar a la fuerza cuadernos y lápices por un fusil. Ella era la quinta de siete hermanos, integrantes de un grupo familiar extremadamente pobre que vio cómo los hombres armados se la llevaron, truncando así sus vidas.
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“Usted sabe cómo es de dura la situación económica en el campo, por eso ella no pudo estudiar porque no se tenía plata ni siquiera para comprar un lápiz o un cuaderno. La familia de ella vive en una casa de bahareque y hasta allí llegaron estos señores (disidentes) para llevársela a la fuerza, qué se puede hacer en estos casos”, agregó el allegado.
Recalcó que, a pesar de que ella estaba al interior de dicho grupo ilegal, tenían conocimiento que era en contra de su voluntad, por su situación de extrema pobreza y por estar en una zona de dominio de la estructura Carlos Patiño, disidencia de las Farc. Hace tres meces, la menor debió enrolarse a la misma, cuando sus integrantes llegaron a la vereda Las Brisas, zona rural de El Patía.
“Cuando la reclutaron no podíamos denunciar porque era ponerse una lápida, en esta zona hay manejo total de este grupo armado, nos mataban y a los demás hermanos les podía suceder lo mismo y el temor se apoderó de nosotros. Ahora se hizo una colecta para brindarle cristiana sepultura, ya que sus sueños fueron frustrados cuando fue reclutada y regresó a nosotros, pero muerta”, acotó el familiar.
Pero el caso de Yina no es el único. De hecho, a su lado, murió un joven de 17 años que también fue obligado a portar camuflado y fusil, en esa violenta carrera de la disidencia de la Carlos Patiño de sacar a sangre y fuego a los guerrilleros del frente José María Becerra del ELN de dicha zona.
Incluso, las denuncias de este fenómeno no solo provienen de los municipios del sur del Cauca. También en el norte y oriente del departamento líderes indígenas y campesinos alertaron cómo la estructura disidente Dagoberto Ramos también recluta a niños y adolescentes en su propósito de continuar la guerra contra el Estado.
“La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Acín, por más de diez años ha monitoreado este fenómeno, el cual nunca se detiene. Antes, durante y ahora, tras la firma de la paz, tenemos que los actores armados recurren a esta práctica atroz de involucrar a los pequeños en la guerra. Este año, por ejemplo, tenemos nueve casos de niños comuneros que fueron rescatados tras ser obligados a empuñar un arma, dicha cifra deber ser más”, indicaron directivos de la organización indígena, al exponer que el tema es muy complejo verificarlo porque muchas veces los familiares de las víctimas guardan silencio por miedo.
“Solo tres de esos niños fueron dejados a cargo del Icbf para que continúen con el proceso de atención psicológica y restablecimiento de derechos de esta entidad. En los otros casos, la misma comunidad decidió emprender una nueva forma de vida con los pequeños por la falta de confianza, y el comportamiento a veces paquidérmico, de dicha autoridad estatal a la hora de garantizarle los derechos a nuestros niños”, agregaron las directivas de la Acín.
Los anteriores casos se registraron en municipios nortecaucanos como Toribío, Corinto, Jambaló, entre otros. Sin embargo, en localidades del oriente del departamento ya las autoridades y organizaciones nativas de la zona tienen la denuncia de otros cuatro casos de menores de 18 años reclutados por dicha estructura armada.
“En Río Chiquito, acá en Páez, Belálcazar, se presenta este fenómeno, donde hace presencia la Dagoberto Ramos, por eso se tienen quejas como tal, porque la gente tiene mucho temor. Así las cosas, para finales del 2019, la misma comunidad alertó del reclutamiento de 15 niños y adolescentes. Para mediados de marzo de este año, se volvió a recibir información de otros ocho chicos, menores de 18 años, incorporados a la fuerza por dicho grupo armado”, denunció un líder social del Cauca, donde la guerra parece ser otro virus que no da tregua.
Los últimos hechos
Entre el 13 y 14 de abril se reportó en la zona rural de Argelia una guerra entre disidencias de las Farc y el ELN por el control del narcotráfico, lo cual ha provocado un ambiente de terror y zozobra entre los campesinos.
Producto de estos choques entre los grupos armados ilegales, y los enfrentamientos con la Fuerza Pública, ocho presuntos disidentes murieron.
Luego, el 15 de abril, el coordinador del área de Derechos Humanos de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Acín, Mauricio Capaz, confirmó que un niño comunero de 14 años murió al quedar en medio de los combates entre la Fuerza Pública y disidencias de las Farc.
Y el 17 de abril, organizaciones sociales y comunitarias del departamento del Cauca denunciaron el asesinato del líder social Teodomiro Sotelo Anacona, hecho delictivo registrado en la finca donde residía, ubicada en la vereda Betania, zona rural del municipio de El Tambo, suroccidente de la región.