El pasado 3 de diciembre, hacia la 1:07 de la mañana, Adriana Ríos Guzmán, de 57 años, estilista y madre de dos hijos, de 30 y 27 años, fue asesinada por su inquilino, de 24 años, quien le propinó 18 puñaladas, once de ellas en la cabeza y cara.
Al parecer, trece de estas heridas fueron causadas cuando la mujer ya se encontraba inerte en el piso.
Su hijo mayor, Juan Camilo Echeverry, quien recibió al menos siete heridas, dos de ellas en la cara, al intentar defender a su madre, reclama justicia. En su cuenta de Instagram viene pidiendo que el fiscal encargado del caso cambie el escrito de acusación donde aparece como homicidio agravado por el delito de feminicidio, asegurando que el fiscal no ha tenido en cuenta el contexto en el que se presentaron los hechos y mucho menos las pruebas que él mismo entregó para su análisis, con las que quedaría demostrado que el asesino de su madre ya tenía planeado el crimen.
Los hechos
“Ese día llegué de la casa de mi novia más o menos a la 1:05 de la mañana, cuando escucho que mi madre se levanta a la cocina. Ella acostumbraba a prepararse un té cuando no podía dormir. Entonces escucho que se abre una segunda puerta, lo que se me hizo muy extraño porque él (el inquilino) nunca se levantaba tarde de la noche”, recordó Juan Camilo sobre aquella terrible noche. “Escucho que él le dice “qué Adri, cuándo nos vamos a tomar una cerveza” y mi mamá asustada le dice: “Usted por qué está tan extraño”, entonces él dice “así como la última vez”.
“Cuando yo escuchó eso salgo de mi habitación, giro al lado derecho y este feminicida se encuentra en bóxer intentando abrazarla, intentando tocarla, ahí es cuando me abalanzo sobre él y este empieza a lanzarle serias puñaladas alrededor de su pecho”.
Camilo intenta alejar a su mamá, pero “como había cogido el cuchillo con las manos para quitárselo me hizo unos cortes y no pude sino correrla para que escapara. Ahí es cuando él se abalanza sobre mí y me provoca varias lesiones con el mismo cuchillo y mi mamá, al ver esto, se devuelve en su afán de defender a su hijo. (…) la reacción del tipo es seguir dándole puñaladas y le propina una alrededor de la sien con la que ella cae con una rigidez que ya era premonición de lo que había ocurrido”.
Como puede, Camilo lo toma del torso y lo tira al piso, momento que aprovecha para escapar y pedir auxilio. Lo último que ve es que el hombre cierra la puerta de la casa.
¿En qué va el caso?
Tres meses después de la muerte de su madre, Juan Camilo insiste en que el caso no avanza.
“Ellos sugerían que mi mamá tenía una relación con este tipo a lo que me negué, pero no puedo negar que había una relación de confianza porque usaba la ducha, la nevera y otros espacios comunes de la casa, pero mi madre era una mujer íntegra, una dama, muy maternal, trabajadora, tenía su propio salón de belleza en la casa, no salía, para todos fue una total sorpresa este ataque”.
En esto coincide Jackeline, sobrina de Adriana, quien afirmó: “La Fiscalía ha querido tergiversar las cosas, yo conocía a mi tía, te puedo decir sobre la Biblia que mi tía no tenía ninguna intención amorosa con él, jamás, porque ella estaba sanando su corazón, se había separado hace más de un año de su esposo y aún no lo superaba”.
Entre tanto, Alejandra, clienta de Adriana desde hace 15 años, dice que ella acogió al inquilino, como un hijo más, pues era muy joven. “Ella siempre fue muy maternal, dedicaba su vida a sus hijos, siempre la vi como una mujer honesta, una dama muy seria”.
“Es un fiscal mediocre, displicente”
Andrea Valencia, abogada de la familia de Adriana, calificó como “mediocre, displicente, irrespetuoso con las víctimas y perezoso”, al fiscal 40 Seccional de Juicios, porque “desconoce que la Fiscalía tenga en su poder materiales probatorios tan contundentes para declarar este hecho como un feminicidio”.
Se refiere a dos celulares - uno de la víctima y el otro del agresor -, el computador y el diario de este hombre, en los que hay mensajes acosándola, invitándola a salir y también canciones que él mismo compuso, además de que tenía escrito en su diario: “hoy es el día”. Horas después la mató con un cuchillo que había en su habitación.
“Hay una violencia perpetrada sobre el cuerpo de ella, pero todo el ataque se da en la cabeza, en la cara de ella, lo que indica una conexión muy fuerte de él hacia ella. El tipo la acosaba, se pavoneaba por la casa en toalla, semidesnudo, le hacía comentarios, ejerciendo un tipo de presión, eso ya es un tipo de abuso sexual, cuando la relación que ellos tenían era de inquilino a arrendadora”, sostiene la abogada.
Y agrega: “Ella tenía solo tres puñaladas cuando Camilo salió de la casa, y cuando la encuentra la Policía ella ya tenía 18 puñaladas en el cuerpo, quiere decir que obró con sevicia, teniéndola a ella incluso muerta, vencida, luego esto es un feminicidio”.
Valencia reitera que “son muchos los hechos que indican que este tipo tenía rasgos de feminicida. Esto fue un feminicidio”, insiste la poderdante, quien no descarta demandar ante la Procuraduría al fiscal del caso porque se niega a cambiar la tipificación del delito.
“Le dije: ‘ese escrito de acusación como lo presentó es un irrespeto a la vida, en una Unidad de Vida, un irrespeto a las víctimas, sabiendo que la Fiscalía debe trabajar por, para y con las víctimas, y usted no está defendiendo las víctimas, usted está riéndose de ellas”, afirmó Valencia.
Por su parte, Lina Uribe, del Observatorio para la Equidad de la Mujer, OEM, sostuvo que este caso debe tipificarse como un feminicidio porque “se dio en un escenario en el que él trató de acceder a ella en su calidad de mujer. Es decir, no la estaba robando, no era un atentado por asunto de pandillas o de rencillas, sino que estaba de por medio su género, la quería violar y como ella opuso resistencia la mató por ese motivo, por eso sí debe tipificarse como feminicidio, porque el crimen tuvo como punto de partida el género de la víctima”.
Dijo además, que “igual si tenían alguna relación sentimental también se tipifica como feminicidio porque el asesinato habría sido mediado por eso. Este caso es clarísimo, un hombre usando su fuerza para apuñalar 18 veces a una mujer que se resistió a tener algo con él, es un feminicidio”, subrayó Uribe.