Por medio de una carta de dos páginas de extensión, el condenado contratista Emilio Tapia denunció que la fiscal, Angélica Monsalve, quien adelanta la investigación contra los hermanos Velilla, grabó ilegalmente una conversación con él, en la que le ofrecía beneficios.
En la carta, Tapia asegura que el investigador judicial Pablo Elías Calderón lo citó a mediados de septiembre para declarar sobre la investigación por la licitación de Transmilenio para la concesión del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá, abierta en 2011, en la cual no quiso decir nada sin la presencia de su abogado.
“En ese momento, el investigador me puso en una videollamada con la fiscal a cargo del proceso, Angélica Monsalve, en la que ella me pidió la ayudara con hechos del caso, dijo estar en capacidad de ayudarme ‘muchísimo’ con un principio de oportunidad, y anunció que dispondría una próxima diligencia para ahondar en ello”, expresa Tapia.
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Esa reunión se llevó a cabo el pasado 25 de noviembre y duró casi una hora. “Los primeros 30 los usó la fiscal Monsalve en hablar de sus relaciones personales en su lugar de origen, Amalfi, con los miembros del clan Castaño Gil -me aseguró incluso ser "prima y como hermana" de Carlos y Vicente-; de su riqueza personal y familiar, para argumentar luego que por eso ella no necesitaba del empleo de fiscal, pero que lo desempeñaba porque en este momento necesitaba ganarle una pelea al Fiscal”, dice la carta enviada por Tapia.
Sobre los otros 30 minutos, el hoy condenado dice que la fiscal le ofreció beneficios por declarar en el caso del Sistema Integrado de Transporte Público. “’ayúdeme’ que ‘yo lo puedo ayudar con su otro caso’ o ‘con un principio de oportunidad’”.
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Además, dice Tapia que la fiscal también le habló del caso Centros Poblados. “A sus inquietudes respondí lo que, a mi juicio, yo podría esperar de un eventual acuerdo con la Fiscalía; lo que ya se ha planteado en las sesiones iniciales con mi equipo de defensa; o, lo que yo intuyo, podría llegar a ser el resultado de este proceso, aún en discusión con la Fiscalía y las víctimas”.
Por último, Tapia dice que nunca fue advertido de que esa conversación informal y sin testigos, pudiera estar siendo grabada. “Nunca me fue presentada una comunicación o decisión judicial en virtud de la cual se autorizara a la fiscal Monsalve a grabar nuestra conversación; siempre entendí que estábamos en una conversación informal, ajena a la ritualidad jurídica, y por tanto espontánea en la forma y en el fondo”.