Mientras se intensifica la guerra en la región del Catatumbo, donde las confrontaciones han generado crisis humanitaria para la población, el comandante del frente 33 de las disidencias de las Farc, Andrey Avendaño, aseguró que ese grupo armado ilegal está listo para hacer la paz si así el Gobierno Nacional se los propone.
“Los que somos militares estamos preparamos para la guerra o para la paz, a los que agarra de sorpresa es aquellos que nunca tomaron el camino revolucionario, los que no están comprometidos con los cambios sociales. Es verdad que se siente la adrenalina a mil al saber que a quien consideras hermanos de la lucha política tomó la decisión de eliminarte”, explicó Avendaño.
Este grupo ilegal armado se ha ensañado contra la población civil, no solo en esta región del país, sino también en departamentos como Cauca, Valle y Huila.
A pesar de la intensidad de esta confrontación, en la que cada día aumenta la cifra de las víctimas mortales, Andrey Avendaño dejó claro que la lucha del frente 33 continuará porque el compromiso de esta organización armada ilegal “es con la paz en Colombia”, según dice, mientras incrementaron las acciones militares en el Catatumbo.
“El camarada Jhon Mendoza me ordenó la retirada del lugar del combate, porque teníamos las posibilidades de haberle dado vuelta a la situación en los primeros momentos (contra el ELN). Confiados recogimos las cortinas, porque dijimos que era impensable que el ELN contara con un plan típico de mercenarios de ocupación desde adentro de El Catatumbo, bueno eso pasó y ahora manejamos la situación sin tomar distancia de nuestro compromiso con la paz”, agregó el comandante del frente 33.
En relación con las víctimas, Andrey Avendaño dejó claro que no perdieron ningún hombre, sino que fue el Catatumbo que perdió a sus “hijos” por una violencia que catalogó de innecesaria. Sin embargo, esta versión contrasta con la entregada por los campesinos que han salido de la zona por la intensidad de la confrontación armada, quienes indican que por momento solo “reina” la guerra en este territorio.
“El ELN ni siquiera es el 0,1 por ciento de la población del departamento y menos del 0,6 por ciento de la población catatumbera”, indica sobre el rival este joven, quien se formó militarmente al interior de las extintas Farc y ahora, en este nuevo escenario, asumió el liderazgo de los alzados en armas que no se sumaron al proceso de paz adelantado por el entonces presidente Juan Manuel Santos Calderón y continuaron en la confrontación armada.
A pesar de la intensidad de este conflicto, para este representante del frente 33 la voluntad de diálogo con el gobierno aún se mantiene, pero hasta el momento esto no es visible en la zona del Catatumbo.
El comandante del Frente 33 de las disidencias de las Farc aseveró que mientras exista una posibilidad de diálogos de paz, seguirán por ese camino, porque es un “principio determinante” del grupo guerrillero mantenerse en el camino de la voluntad de paz.
“Una cosa es querer controlar a Colombia y otra es poder hacerlo. La fortaleza del ELN no se mide por su fuerza y sus medios de combate, lo determinante es si representa o no la voluntad de paz de los colombianos, y las acciones de esta organización en el Chocó y el Catatumbo son de guerra, destrucción y de graves violaciones a los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. En síntesis, ellos son criminales de guerra”, ilustró Andrey Avendaño.
Cuando fue consultado por la familia cristiana asesinada, Avendaño explicó que lo sucedido “es un crimen de guerra por el que debe responder el ELN. Da dolor que niños sean víctimas de la sevicia de un grupo armado”.