Un tesoro invaluable en medio del mar. Así es la isla Gorgona, el mayor arrecife coralino del Océano Pacífico, hogar de más de 100 especies de aves, al menos 35 reptiles terrestres y una alta diversidad de peces, entre otros animales. Un lugar que deslumbra desde la distancia y transmite un sentimiento de paz y tranquilidad.

En este lugar, que algún día fue sinónimo de terror cuando existió allí la que fue considerada la cárcel más dura del país, pero que hoy es un Parque Nacional lleno de árboles frondosos, se pretende desde hace varios años construir una subestación de guardacostas de la Armada Nacional.

El proyecto ha generado gran controversia en el país, especialmente entre algunos ambientalistas que se oponen a esta construcción porque consideran que puede generar un grave daño ambiental.

La Fuerza Naval, desde la otra orilla, la defiende al asegurar que es clave para la preservación del ambiente y para la lucha frontal contra las economías ilícitas, entre ellas el narcotráfico.

Este debate resurgió en las últimas semanas al conocerse que en enero de 2023 podría darse inicio a la construcción de un muelle de 132 metros de largo, que es la segunda fase de este proyecto. La primera, que es la instalación de una torre con radar, ya está construida.

Lea además: Esperanza en Buenaventura por 'primer proceso de paz urbano' entre Shottas y Espartanos

El origen de la controversia

Aunque el proyecto comenzó a planearse desde 2010, un ataque de las Farc el 22 de noviembre de 2014, que dejó un uniformado muerto, el teniente Jhon Suárez, y seis más heridos, fue el impulso de las obras que hoy se debaten en este paraíso natural.

Un año después, el 31 de diciembre de 2015, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), aprobó la licencia ambiental de este proyecto, que sería financiado por Estados Unidos en el marco de los acuerdos de cooperación internacional y tendría tres fases: la instalación de una torre con radar, la construcción de un muelle y un bloque de alojamientos.

Pero esta aprobación no fue bien recibida por el Comité Científico del Parque Nacional Natural Gorgona, que en su momento expresó su preocupación por la falta de rigurosidad en el proceso de aprobación de la licencia ambiental, porque no se cumplían los criterios científicos, técnicos y jurídicos para desarrollar la obra.

Lo anterior permitió que luego de un diálogo de concertación entre la Armada y la comunidad científica se iniciaran los estudios que arrojaron la reubicación de la estación y el muelle, lo cual fue aprobado por la Anla en el año 2018.

Con esta aprobación, en 2019 inició la instalación de la torre con radar, que a la fecha ya está terminada, y en 2022 la Anla aprobó la modificación de la licencia ambiental para la construcción del muelle, por lo que esta iniciaría en enero del próximo año.

“¿Quién gana si no se desarrolla esta estación de guardacostas? La criminalidad”. De esta manera, el comandante de guardacostas de la Armada, capitán Javier Augusto Bermúdez, explica la necesidad de que este proyecto siga adelante para controlar los hechos delictivos en la zona.

Lo anterior porque, según él, Gorgona es un sitio en el que confluyen diversos tipos de actividades criminales y la estación más cercana de la Armada queda en Guapi, Cauca, a una hora de distancia por mar.

“Todo el sector de Gorgona y su área de influencia operacional resulta ser de gran influencia del narcotráfico. Por esta zona han sido incautados cerca de 175 semisumergibles en cercanías a la isla. Esta área tiene mayores ríos y esteros que les permite esconder este tipo de elementos”, explica el comandante Bermúdez.

En cuanto a los delitos ambientales, la Armada reporta que entre 2012 y 2022, en el área de influencia del Parque Nacional, se han incautado 218 unidades de maquinaria utilizadas para la minería, se han recuperado 536 individuos de fauna silvestre y se han incautado más de 150.000 kilos de pesca ilegal.

Sobre el impacto ambiental de la obra, el comandante de guardacostas de la Armada dice que ha habido mucha desinformación, porque se ha hecho todo lo necesario para evitar dañar el ambiente en las tres fases del proyecto. “Por ejemplo, en la instalación de la torre no se tuvo que talar un árbol y lo único que se hizo fue adecuar un sendero que ya existía y los elementos de construcción fueron subidos por cada hombre”.

En cuanto al muelle, que será en forma de H, el capitán dice que se comprobó que en ese lugar no hay corales, que la Armada solo tendrá dos botes, y que a ese sitio también llegaran embarcaciones de turistas, por lo que el beneficio también sería para la comunidad.

“Este muelle Parques Naturales ya lo tenía previsto, este es un desarrollo sostenible para poder mejorar las condiciones de los visitantes que vienen acá, pues es un embarcadero no para traer cruceros, buques de guerra, o para una base naval gigante”, dice el Capitán. Por último, sobre el bloque de alojamientos, el capitán Bermúdez sostiene que solo se remodelarán algunas edificaciones que ya existían desde la época en que la cárcel funcionaba.

Lea también: Capturados alias 'El Paisa' y 'La Señora', presuntos contrabandistas de licor y cigarrillos

La voz de los ambientalistas

Ambientalistas y científicos denuncian que el desarrollo de estas obras, en especial la construcción del muelle, sería un atropello contra un patrimonio natural invaluable para Colombia.

Esto porque Gorgona, según el Colectivo Unidos por Gorgona, es una zona marina en donde muchos animales nadan sin tropiezo alguno y el sonido producido por la construcción del muelle podría afectarlos gravemente hasta el punto de llegar a causar su muerte por aturdimiento.

Además, este colectivo señala que cuando el muelle entre en funcionamiento, el constante tráfico de embarcaciones militares y los derrames de gasolina podrían afectar a largo plazo a estas especies. En este sentido, el biólogo marino Leonardo Salinas, señala que Gorgona es una isla que ambientalmente fue afectada por la construcción y el mantenimiento de la cárcel y que la construcción de una estación militar podría afectarla de nuevo.

Además, dice que no es cierto que solo dos buques de la armada no afectarían la zona. “El tamaño de los botes de ellos es mayor, tienen una velocidad superior a los que llegan anualmente y podrían causar perturbaciones, especialmente a las ballenas”.