Mientras el ELN se encuentra en una mesa de diálogo con el Gobierno nacional y prometió iniciar desde hoy un cese al fuego contra la fuerza pública, el lunes pasado el Frente de Guerra Oriental interceptó a la sargento Ghislaine Karina, que viajaba con sus dos hijos de seis y ocho años a Fortul, Arauca, y los secuestraron.
Este y otros actos terroristas perpetrados por el ELN dejan en entredicho la voluntad de paz del grupo subversivo que aterroriza a varias zonas del país. Por esta razón, desde algunos sectores se preguntan si realmente la guerrilla respetará el cese al fuego que inicia hoy, 6 de julio de 2023.
Desde el anuncio del cese al fuego entre el ELN y el Gobierno nacional, varias preguntas han sido puestas sobre la mesa, principalmente, respecto a la capacidad militar real del grupo al margen de la ley y la aparente pasividad del Gobierno Petro ante los incidentes que se han presentado en el país.
Los especialistas consideran que posiblemente el cese al fuego no se lleve a cabo como se espera, pues la aparente inacción que se ha demostrado ante los actos violentos realizados por la guerrilla podría desembocar en confrontaciones.
Y es que el comunicado del ELN fue claro: “El alto al fuego se planteó con el Ejército Nacional, no con otras estructuras armadas que también operan en los departamentos del Chocó, Antioquia y Santander”, lo que nuevamente deja a la población civil en medio de las posibles acciones bélicas.
Esto explicaría que, a pesar de que el inicio del cese de hostilidades comenzaría a partir de las 00:00 horas de hoy, en la región del San Juan y Sipí, en Chocó, uno de los frentes de la guerrilla decretó un paro armado indefinido que confinó a la población.
“Ellos pueden escudarse diciendo que se están defendiendo de otros actores armados que operan en la zona”, comentó el exasesor de seguridad de Cali y especialista Alberto Sánchez Galeano.
El experto en seguridad y vigilancia Héctor Herrera sostuvo: “Ellos van a seguir con la extorsión y con el narcotráfico, ya que ese es el sistema que utilizan para poder sostener a sus tropas”.
Según Sánchez, las ofensivas que el grupo armado ha lanzado son una manera de mostrar su poderío, lo que no significa necesariamente que tengan una presencia militar fuerte y activa en todo el país.
Sin embargo, dice que en el Chocó, Norte de Santander y Arauca, el ELN busca que los secuestros, atentados y homicidios, sirvan como mensaje de fortaleza frente a otros grupos armados y también como forma de extorsión.
“El poder que quiere proyectar este grupo se orienta a dejar la percepción de que se tiene que negociar con ellos debido a su gran fortaleza”, explicó Alberto Sánchez.
La situación se complica ya que, según los expertos, el equipo negociador parece no tener el mando de todas las estructuras del grupo. “Ellos pueden decir que no tienen control de algunos cabecillas y de algunos frentes, por lo que podrían abrir fuego”, expresó Herrera.
Para evitar una escalada de la violencia en el país, Sánchez dijo que el Gobierno debe ser contundente. Es decir, si hay incumplimientos del ELN, el Estado debe ser capaz, incluso, de pararse de la mesa de negociación, y más ante las contiendas electorales de octubre.