El Valle del Cauca es considerado un corredor estratégico para el narcotráfico porque cuenta con un puerto sobre el Pacífico y el Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón, pero también porque convergen cuatro departamentos del suroccidente que recogen todas las fases del negocio ilícito: cultivo, producción, acopio y distribución.
Para Andrés Galindo, analista en seguridad, el problema del narcotráfico en el Valle ha cambiado de actores, pero en su esencia sigue intacto. “Así que el panorama se mantiene y es preocupante. Cali sigue siendo la gran capital colombiana más cercana a la mayor extensión de cultivos de coca en el mundo”, aseguró.
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El comandante de la Policía Valle, coronel Ever Yovanni Gómez Reyes, confirmó que en el departamento hay 1430 hectáreas de hoja de coca sembradas en los municipios de Buenaventura, Dagua, Bolívar y Calima – Darién, según datos del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, Simci.
Y agregó que en lo corrido del año se han inmovilizado 22 vehículos e incautado más de 10 toneladas de estupefacientes en el departamento.
Según informó, algunos de los grupos que inciden en toda la violencia que sacude al Valle del Cauca son el frente Ernesto Che Guevara, del ELN; la columna móvil Jaime Martínez y la compañía Adán Izquierdo, de las disidencias de las Farc; la Segunda Marquetalia, así como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC.
A estos se suman agrupaciones delincuenciales organizadas como Los Flacos, en el norte del Valle, y La Local, en Buenaventura, además de delincuencia común entre los que se destacan La Inmaculada, en Tuluá; La Empresa de la M y La Firma en La Unión, Roldanillo y Toro.