Colombia, principal exportador de cocaína a nivel global, redujo este año su meta de erradicación de hectáreas sembradas de coca a solo 10.000, cifra que convierte al 2024 en el año menos ambicioso en materia de erradicación de cultivos ilícitos.
El informe indica que las cantidades récord de cocaína producida en Colombia y Ecuador, “contribuye a la demanda mundial de drogas, al tiempo que alimenta la violencia relacionada con las drogas dentro de sus fronteras”.
En la comunicación enviada por Estados Unidos se afirma que “el presidente Gustavo Petro le restó énfasis a la erradicación forzosa y algunos miembros de su administración la describieron como una táctica ineficiente, con poca utilidad a largo plazo y efectos secundarios negativos. Además, las fuerzas colombianas fueron llamadas periódicamente para responder a protestas y abordar los problemas de seguridad ciudadana en los centros urbanos, que limitaron la capacidad general de erradicación durante el año 2022″.
La preocupación de gobierno Americano no es para menos, pues según cifras de las autoridades colombianas en el 2020 habían 142.783 hectáreas de cultivos ilícitos sembradas en el territorio nacional, pero en el 2021 esa cifra aumentó y se ubicó en 204.257 hectáreas.
Un año después, en el 2022, las hectáreas de coca sembradas fueron 230.027 y, como si fuera poco, ese año solo fueron erradicadas 68.893.
Pero las cifras preocupan más si se analizan las del año anterior, en el que solo fueron erradicadas 20.324 hectáreas del cultivos ilícitos en todo el territorio nacional, mientras que en años anteriores (2020) la erradicación llegó a 130.147 hectáreas.
El jefe de la cartera de Defensa ha dicho que “la erradicación forzada solo estaría dirigida contra cultivos industriales, no contra los campesinos pobres cultivadores de coca, y esa es una decisión que se mantiene”.
Inclusive, en enero de 2023 y de 2024 no se erradicó, según cifras del Mindefensa, ninguna hectárea de cultivos ilegales en el país.
Durante la administración del Gobierno Duque, en Colombia quedaron alrededor de 204.000 hectáreas sembradas, un año después, en el Gobierno Petro, los cultivos de uso ilícito siguen en aumento. Sin embargo, de acuerdo con el ministro de Justicia, Néstor Osuna, “se ha aplanado la curva, al pasar de un crecimiento del 41 % en 2021 al 13 % en 2023″.
El aumento del cultivo de hoja de coca en Colombia se concentra en los departamentos de Putumayo, Norte de Santander y Nariño.
El 49 % de la coca se localiza en zonas de manejo especial: 19 % en tierras de comunidades negras, 15% en reservas forestales, 10 % en resguardos indígenas y 5 % en parques nacionales naturales.
Petro cuestionó el papel de la ONU sobre política de drogas
El presidente Gustavo Petro intervino este jueves ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, en un mensaje pregrabado en el que reiteró que Colombia busca poner en discusión una nueva política de drogas mundial.
“Durante medio siglo, el Régimen Internacional de Fiscalización de Drogas, cuyo centro de gravedad está en Viena, ha fracasado”, dijo.
Petro añadió que “este sistema global, anacrónico e indolente, no ha podido destruir el mercado de las sustancias ilícitas ni fomentado el mercado de las medicinas lícitas”.
“Un expresidente de Estados Unidos dijo: ‘con Naciones Unidas cuando sea posible, sin Naciones Unidas cuando sea necesario’. Nosotros creemos que todo lo debemos hacer con Naciones Unidas, pero no con unas Naciones Unidas sordas, ciegas y en silencio”, sentenció Petro.
Habla el canciller
Durante su intervención ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, el canciller Luis Gilberto Murillo solicitó a la comunidad internacional unirse a los esfuerzos por modificar la forma en la que se enfrenta la crisis por tráfico y consumo de drogas a nivel internacional, haciendo que el enfoque deje de ser la prohibición y pase a ser la salud de las poblaciones afectadas.
El canciller detalló que la propuesta es la política: Sembrando vida desterramos el narcotráfico. Y añadió que la situación de drogas actual y la fallida estrategia de su combate ha causado niveles nunca antes vistos de desplazamiento de la población afectada e incluso causando que “la gente no confíe en que sus gobiernos puede protegerlos”.