Más de 350 ambientalistas han sido asesinados desde 2018 en Colombia, reveló la ONG Fundación Paz y Reconciliación (Pares).
Pares contabiliza 361 asesinatos desde 2018, con el mayor pico de violencia en 2023, cuando se registraron 81 muertes violentas en el país. Según la ONG Global Witness, en el 2023 Colombia también fue el país donde más asesinatos de ambientalistas se registraron.
“La disputa de actores armados por el control territorial de zonas de interés para los mismos se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para las personas defensoras del medioambiente”, señaló Pares en el informe divulgado en Cali, sede de la COP16.
El informe también evidencia que la mayoría de los asesinatos de defensores del medioambiente (66%) quedaron en la impunidad.
“Sigo luchando”
Tras sobrevivir a un “atentado” en 2017, la defensora de manglares Marlín Salas vive su día a día en el departamento del Atlántico con custodia policial, relató a la AFP durante la presentación del informe.
Las “amenazas de muerte, amenazas de que te tienes que ir del municipio, de los territorios” forman ya parte de la rutina en su trabajo como lideresa ambientalista.
“Pero yo sigo ahí con la causa, luchando incansablemente”, dice.
Según el informe de Pares, un 53% de los homicidios a ambientalistas ocurrieron en tres departamentos: Antioquia, Cauca y Nariño, fronterizo con Ecuador.
Estas últimas dos regiones del suroeste colombiano son bastiones de grupos disidentes de la extinta guerrilla de las Farc, que rechazaron el histórico acuerdo de paz con el gobierno en 2016.
En ambos departamentos, el 57% de los homicidios registrados (89 casos) fueron de líderes indígenas.
Algunos líderes que se oponían a megaproyectos legales como minas e hidroeléctricas también fueron asesinados, denuncia Pares.
“Paz social”
Las principales agrupaciones involucradas en violencia homicida contra líderes ambientales son las disidencias de las Farc, que acumulan más de la mitad de los casos cuyo autor fue identificado.
Algunas facciones disidentes adelantan nuevas conversaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro, que llegó al poder en 2022 y goza de amplio respaldo de ambientalistas y defensores de derechos humanos.
Sin embargo, “la baja coordinación de las instituciones del Estado ha impedido dar respuesta a esta violencia selectiva”, señala el informe.
En otro 20% de los casos estuvo involucrado el ELN, guerrilla con la que el Gobierno suspendió los diálogos de paz, instalados en 2022, tras un ataque con explosivos a una base militar en septiembre que dejó tres soldados muertos.
El Clan del Golfo, la principal organización narcotraficante del país, que también dialoga con el Gobierno, fue responsable de un 16% de los homicidios contra líderes ambientales en diferentes partes del territorio nacional.