En lo corrido del año han sido asesinadas 722 personas en Cali, cifra que pone nuevamente sobre la mesa el debate sobre si será posible que el 2022 cierre con menos de mil homicidios, teniendo en cuenta que se acercan celebraciones como Halloween y la Feria de Cali en las que históricamente aumentan las riñas y los comportamientos contrarios a la convivencia.

Según cifras del Observatorio de Seguridad de Cali, los homicidios en el 2022 se han reducido 24.7% si se compara con el mismo periodo de tiempo del año pasado, pues entre el 1 de enero y el 2 de octubre de 2021 fueron asesinadas 959 personas, lo que representa 237 casos más que en 2022.

Si la comparación se hace con el año 2019 también se aprecia una reducción del 13.5%, y del 9.4% si se compara con el 2020, año en el que las restricciones por la pandemia del Covid-19 estaban en su máximo esplendor.

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“Hoy parece una meta posible que Cali cierre el 2022 con menos de mil homicidios. Sin embargo, faltan tres meses que son complejos históricamente. Si la tendencia se mantiene podríamos lograr el objetivo, lo cual sería un hito desde que se llevan las estadísticas de esta variable. Tendría que ocurrir un fenómeno extraordinario y que aumenten sustancialmente los homicidios entre octubre y noviembre; es decir, que haya más de 300 homicidios en los próximos tres meses para pasar la barrera de los 1000 casos y eso no lo veo probable”, explicó Andrés Felipe Galindo, experto en temas de seguridad ciudadana.

Para el experto, que la ciudad pueda cerrar el año con menos de 1000 asesinatos es una buena noticia, pero en medio de todo no deja de ser preocupante el hecho de que mueran casi 1000 personas al año. “La violencia sigue siendo un lastre para una ciudad como Cali, que aún tiene en el crimen una de sus principales barreras para desarrollarse mejor como ciudad. Entre el 1 de enero de 2020 y ayer murieron 3016 personas; es una reducción, algo está ocurriendo para que esa reducción se dé, pero en un plano ético y político no es admisible que Cali siga siendo la más violenta de Colombia. Es una realidad que todavía cargamos y registrar menos de 1000 homicidios tampoco es que sea motivo de euforia. Vamos bien, pero lejos aún de un horizonte ético razonable”.

Una opinión distinta tiene Alberto Sánchez, experto en temas de seguridad, pues él considera que no se logrará la meta de llegar al 31 de diciembre con menos de 1000 asesinatos.

“Es poco probable lograr ese objetivo por la distribución y el comportamiento estadístico de los homicidios este año. La ciudad en este momento está en su media de homicidios y eso arroja más o menos 1050 o 1110 asesinatos para el final de 2022 si se hace una proyección lineal sencilla”, argumentó Sánchez.

“La meta no se lograría no porque no haya voluntad o no se quiera, sino porque hay un comportamiento regular de la violencia y unos fenómenos que tienen algo que se llama estacionalidad en el comportamiento estadístico y la violencia homicida es uno de esos. También se mantienen unas causas estructurales relacionadas con el comportamiento criminal, tanto de la ciudad como del entorno regional”, aseguró Alberto Sánchez.

Sobre lo que deben hacer las autoridades para que los últimos tres meses del año no sean igual de violentos a como han sido históricamente, Andrés Felipe Galindo aseguró que la principal tarea es recuperar el control institucional en las calles, especialmente en los lugares que concentran el grueso de los homicidios, es decir, en la zona de ladera y el oriente.

“Hay que hacer operativos, patrullajes, vigilancia constante y activar mecanismos de prevención de la violencia que permitan ese logro. Los focos de violencia están muy definidos, ahí toca darle toda la fuerza y capacidad institucional para que no se descontrole la situación”, añadió Galindo.

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“Estos tres últimos meses del año son críticos por la celebración de fechas especiales y porque en las estructuras criminales hay unos cambios de grado y la violencia regularmente migra hacia las cabeceras urbanas. Este año por todo el tema de apertura de negociaciones con bandas delincuenciales podría ser distinto, pero actualmente no se sabe qué ocurrirá en materia de violencia en los próximos meses”, puntualizó Alberto Sánchez, y agregó que la Policía ya debe tener listo un plan de choque de 90 días, con especial atención en el despliegue táctico en Diciembre, algo que no será fácil de lograr por la reducción de capacidades y uniformados en la Policía Nacional.

Sobre qué hacer en las comunas, 13,14 y 15, lugares que aportan la mayor cantidad de homicidios, sostiene que hay que aplicar “una receta que no cambia: control institucional con la fuerza pública y estrategias de prevención social del delito. Todo esto incluye inversión social y la creación de rutas de regreso a la legalidad de muchas personas, en particular hombres jóvenes que necesitan educación, resocialización y rutas de empleabilidad y generación de ingresos. Hay que insistir en eso, es lo que garantizará un horizonte de paz urbana estable”.

“Muchas veces por cubrir con policías los eventos masivos de la feria se dejan sin protección y pie de fuerza las comunas 13, 14 y 15. Eso no puede volver a pasar y hay que hacer un esfuerzo grande por entender muy bien cuáles son los riesgos regulares de seguridad de los eventos masivos y cuáles son los riesgos que se mantienen en las comunas priorizadas. Hay que evaluar la forma en que se deben atender estas dos prioridades sin subestimar la una o la otra, especialmente cuando hay pocos uniformados”, dice Sánchez.

“Cali necesita priorización por parte del Gobierno Nacional en el sentido de que todas las promesas, proyecciones y expectativas relacionadas con la paz total pueden generar unos riesgos muy complejos de resolver para la ciudad, como lo son la fragmentación criminal y el acercamiento de dinámicas de conflicto. Hay varios frentes de esa negociación que pueden representar cambios en la dinámica de violencia en la ciudad y, así como se podrían reducir los homicidios, también podrían aumentar drásticamente”, dijo el experto.