Este miércoles, el director de la Policía Nacional, el brigadier general Carlos Triana, confirmó la extradición de ocho narcotraficantes a Estados Unidos.
Entre los nombres que aparecen en la lista de los requeridos por la Corte del Distrito Sur de Florida por los delitos de narcotráfico y concierto para delinquir, resalta el de Henry Loaiza Montoya, también conocido como ‘El Alacrán Jr.’.
Loaiza, quien adoptó su alias en honor a su padre, “El Alacrán”, un excapo del cartel del norte del Valle; fue capturado en febrero del 2024 en un operativo trasnacional en Ecuador.
El hombre era sindicado de manejar una red dedicada al tráfico de estupefacientes que tenía la capacidad de enviar alrededor de cuatro toneladas de cocaína hacia Estados Unidos cada mes, desde los puertos de Tumaco, en el departamento de Nariño, y de Esmeraldas, en Ecuador.
Según indicó la Policía en su momento, el ‘Alacrán Jr.’ tenía el “poder absoluto de rutas terrestres, marítimas y aéreas, así como la producción y venta de cocaína a nivel trasnacional, tiene relaciones con organizaciones delincuenciales ecuatorianas, que desarrollan las ilicitudes en zonas costeras de ese país, como lo son Esmeraldas, Manta, Mompiche, entre otros”.
Además las autoridades ecuatorianas, a través del director de Investigación Antidrogas de la Policía de ese país, Willian Villarroel, aseguraron que Loaiza Montoya tenía vínculos delictivos con el grupo terrorista ‘Los Tiguerones’ en Ecuador y en Colombia con el ‘Frente Oliver Sinisterra’.
Por todas estas razones, el ahora extraditado contaba con una circular roja de la Interpol desde noviembre del 2023 y las autoridades estadounidenses habían solicitado su extradición.
Los investigadores ecuatorianos aseguran que “La estructura criminal que lideraba Alias ‘El Alacrán’ transportaban, a través de lanchas bombas y semisumergibles, cerca 50 toneladas métricas de droga al año, desde Ecuador hacia Centroamérica y EE.UU., lo que les generaba un ingreso ilícito de aproximadamente USD 2.000 millones. Este grupo delincuencial también lideraban sicariatos, secuestros y extorsiones en el país”.
Loaiza residía en Ecuador desde 2010 y se había sometido a a siete cirugías plásticas y utilizaba múltiples identificaciones falsas para evadir a las autoridades.
En septiembre de 2024, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia le notificó al entonces detenido, el fallo en el que se avaló su extradición.
Según el escrito de acusación en su contra, “la investigación reveló que Loaiza Montoya usaba rastreadores para determinar la ubicación de las embarcaciones cargadas, y que se comunicaba con coconspiradores sobre las ubicaciones de las embarcaciones que transportaban la cocaína, la recarga de combustible de las embarcaciones, la vigilancia para determinar la presencia de las autoridades y de las patrullas de las autoridades del orden público”.