El jueves se conoció un vídeo en el que hombres armados, al parecer, de las disidencias de las Farc, atacaron una base del Batallón de Desminado Humanitario ubicada entre los corregimientos de Naranjal y La Moralia, en la zona montañosa de Tuluá, Valle del Cauca.

En la acción de los disidentes, una camioneta fue incinerada y otro vehículo hurtado, al igual que computadores, equipos de comunicación y los detectores de metales que utilizan los uniformados para realizar la labor de desminado en esa zona.

El hecho habría ocurrido el pasado jueves 17 de septiembre.

De acuerdo con las autoridades, hasta ese sitio llegaron varios hombres vistiendo prendas de uso privativo del Ejército y esgrimiendo armas de largo alcance, los cuales se identificaron como la columna móvil Adán Izquierdo de las Farc.

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Luego de someter a los miembros del Batallón de Desminado Humanitario y a funcionarios de la OEA que hacen el acompañamiento a esas labores, procedieron a incinerar una camioneta de placas YZU-024 y hurtar otra camioneta de matrícula YZU-091 la cual dejaron abandonada 800 metros más adelante luego de volcarse a un lado de la vía.

El comandante de la Brigada de Desminado Humanitario, coronel Hoover Ríos, rechazó los hechos y explicó que elevó la denuncia a organismos internacionales porque señala que esta es una violación clara del derecho internacional humanitario.

“Los soldados estaban acatando todos los principios humanitarios determinados por las Naciones Unidas, fueron sometidos, ultrajados y humillados por miembros de las disidencias de las Farc”, dijo el coronel Ríos.

El Ejército Nacional, a través de un comunicado, condenó “esta grave acción que viola los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, en la cual se puso en riesgo la vida de los desminadores que trabajan por descontaminar el Valle del Cauca de estos artefactos explosivos improvisados, lo que afecta también a los moradores de la región.