El departamento del Cauca vivió una jornada extremadamente violenta este martes 8 de octubre cuando varias facciones de las disidencias de las Farc atacaron a la fuerza pública en varios municipios y trabajadores de la Compañía Energética de Occidente, CEO, para después robarles un vehículo.
Primero fue el asalto a las sedes del Banco Agrario en los municipios de Caloto y Corinto por parte de más 150 disidentes del frente Dagoberto Ramos de las Farc, quienes se apoderaron de más de 34 millones de pesos, dinero que correspondía al pago de los programas sociales que adelanta el gobierno nacional.
Frente a estos casos, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dio a conocer detalles de lo ocurrido en esas poblaciones, donde ahora hay una operación sostenida contra este grupo armado al margen de la ley, el cual está al mando de alias Iván Mordisco.
“Hubo una reacción inmediata de la Policía y del Ejército, quienes lograron repeler el ataque. Según los reportes que hemos recibido, es probable que haya heridos entre los atacantes”, agregó el ministro Velásquez.
El funcionario de gobierno reconoció que el ataque incluyó el ingreso al banco, donde los delincuentes lograron sustraer cerca de 30 millones de pesos de las cajas fuertes antes de ser interceptados por la fuerza pública en Corinto. En Caloto, mientras tanto, hurtaron más de cinco millones de pesos.
“En el Cauca continuamos la ofensiva contra esta organización terrorista, hemos alcanzado unos logros importantes gracias a nuestro Ejército y a la Policía, de ahí que se generen estas escaramuzas como respuesta a nuestras acciones, como lo sucedido en Caloto y Corinto, donde hay ataques rápidos, donde buscan evitar la confrontación con la fuerza pública, la cual sí está en el territorio”, acotó el ministro de la defensa.
Después, y desde el municipio de El Tambo la misma comunidad reportó que integrantes del frente Carlos Patiño atacaron el helicóptero que movilizaba el dinero de esta entidad financiera pública, la encargada de pagar los subsidios a los campesinos de esta zona del occidente del departamento.
“El ataque se dio en la cancha conocida como La Zaga, ubicada en el casco urbano de este municipio y que es usada como un helipuerto improvisado, entonces la aeronave fue atacada cuando despegó luego de dejar el dinero de esta entidad, de ahí que los policías prestaban seguridad se vieron obligados a responder a la agresión para seguridad de ellos y de los funcionarios”, explicaron funcionarios de la alcaldía de esta población.
De acuerdo con la versión de líderes sociales y periodistas, los alzados en armas atacaron a los uniformados y a los empleados del banco que recogían el dinero desde una parte alta de la vía que conduce del casco urbano hacia el corregimiento El Crucero de Pandigüando. Por fortuna, el recurso económico llegó sin problema a la sede bancaria, gracias al acompañamiento policial.
Después, en el sector de Mandivá de la vía Popayán-Cali fue hurtado una camioneta taller de la Compañía Energética de Occidente, CEO, hecho delictivo registrado en medio de un retén ilegal ejecutado por integrantes de este grupo armado al margen de la ley.
Según los reportes preliminares entregados por la empresa, el colaborador realizaba gestiones comerciales con clientes en el municipio de Santander de Quilichao y cuando se desplazaba de regreso a su lugar de origen fue interceptado por los agresores, quienes sustrajeron todas las pertenencias del colaborador de la Compañía y hurtaron el vehículo en el que se trasladaba.
“Afortunadamente, el colaborador logró arrojarse del vehículo en movimiento y se ocultó en un lugar seguro para evitar ser secuestrado. CEO ha expresado su preocupación por la seguridad de su personal y a esta hora se encuentra colaborando con las autoridades para esclarecer los hechos y garantizar la seguridad de sus colaboradores”, indicaron las directivas de esta empresa.
Luego se conocieron imágenes de los dos sujetos que hurtaron la camioneta, gracias a una cámara de seguridad que cuenta el vehículo y la cual estaba funcionando al momento de los hechos, captando así la huida de los antisociales con el automotor hacia la zona montañosa de Santander de Quilichao.