Una carta fechada el pasado 2 de junio, en la que el coronel Oscar Darío Dávila solicitaba a la Fiscalía ser escuchado acerca del escándalo que afectó a la exjefe de Gabinete Laura Sarabia, se conoció después de su muerte.
Aunque no estaba vinculado al hecho, Dávila expresó al ente investigador: “Solicito se me informe mi vinculación como indiciado, y reitero mi disponibilidad de presentarme en fecha y hora que se señale para ser escuchado en interrogatorio”.
En el documento, el coronel se presenta como coordinador de Protección Anticipativa de la Jefatura de Protección Presidencial y se pone a completa disposición para contribuir al esclarecimiento de los hechos que son materia de investigación.
“En mi calidad de servidor público, en el cargo de teniente coronel -Coordinador de Protección Anticipativa de la Presidencia de la República, informo a usted mi absoluta disponibilidad para presentarme ante el despacho del ente investigador que se me indique, a fin de rendir entrevista con ocasión de los hechos de público conocimiento socializados en los últimos días a través de los medios de comunicación y que involucraron a altos funcionarios de la Presidencia de la República”.
No obstante, añadió a qué se debía su carta: “Todo lo anterior, tiene su génesis en las denuncias y publicaciones presentadas que tratan sobre el caso de la jefe del despacho Presidencial Laura Sarabia, en los que presuntamente vinculan a la Jefatura”.
Al final de la carta deja sus datos de contacto para ser ubicado ante cualquier requerimiento, la misma dirección en la que fue encontrado sin signos vitales por investigadores del CTI de la Fiscalía.
Sobre el suceso que aún se encuentra en investigación por parte de las autoridades, un testigo informó que vio al coronel correr hasta su auto e inmediatamente después escuchó el disparo con el que el oficial se habría quitado la vida.
La zona en donde vivía está muy cerca de la Fiscalía General. Dávila le habría manifestado a algunas personas que se sentía muy presionado por la entidad. Esto mismo lo confirmó el abogado Miguel Ángel del Río en las últimas horas, tras conocerse el hecho.
”El día de ayer me reuní con el coronel Dávila, quien me buscó para manifestarme que de la Fiscalía lo estaban amenazando. Le advirtieron que no se detendrían “hasta que corriera sangre”. Hoy se quitó la vida con su arma de dotación. Lo de la Fiscalía es una persecución infame”, aseguró Del Río.
Cabe decir que el CTI de la Fiscalía investiga la muerte del teniente coronel Óscar Dávila, oficial de la Policía que trabajaba en la Presidencia de la República y que estaba involucrado en el escándalo de la exniñera de la exjefe de Gabinete Laura Sarabia.
Dávila era uno de los citados a declarar por el escándalo de la exfuncionaria y el uso del polígrafo contra la antigua niñera de du hijo, Marelbys Meza.
El hecho se encuentra en investigación preliminar por parte de las autoridades, para determinar las circunstancias en las que se produjo.
No obstante, según conoció El País, el uniformado se encontraba acompañado por su escolta y estacionó su vehículo en la calle 22 Bis # 48-40, en la zona de Teusaquillo, Bogotá. Se dice que le pidió a su hombre de seguridad que comprara una botella de agua, pero cuando el agente regresó, encontró al oficial sin vida, víctima de un disparo de bala.
El caso Sarabia
El escándalo empezó desde que la exniñera Marelbys Meza dio a conocer a Semana que, por la pérdida de un dinero, Laura Sarabia, jefa de Gabinete del presidente Gustavo Petro, la había sometido a una prueba de polígrafo en un sótano del edificio Galán, en la Casa de Nariño. Una vez esta información pasó a conocimiento público, el fiscal general, Francisco Barbosa, informó que en ningún momento había autorizado este procedimiento con recursos públicos y aseguró que se iba a realizar una investigación pertinente para identificar cómo había sucedido todo.
Días más tarde, Barbosa, en una rueda de prensa, dio a conocer detalles estremecedores del ‘show’ que se montó no solo para realizar la prueba de polígrafo, sino para interceptar las llamadas de Marelbys, la exniñera, y de la empleada doméstica.
La niñera la volvieron alias La Cocinera. Dice aquí: ‘Señora que vive en el corregimiento de Tagachi, en el Chocó. Esta señora es la encargada de cocinarle a uno de los anillos de seguridad que cuida al comandante Siopas, cabecilla del Clan del Golfo’.
Para chuzarla, crearon un informe policial con acusaciones falsas que la vinculaban a un cabecilla del Clan del Golfo en el departamento de Chocó. “Las interceptan usando un informe de fuente no formal que señala que Marelbys Meza es la cocinera de alias Siopas, y que la otra mujer, Fabiola, es la encargada de realizarle giros de plata, comprarle comida y llevar memorias con información impartida por un comandante del bloque Jairo de Jesús Durango Restrepo”, explicó Barbosa.
“Es decir, se inventan un informe de Policía Judicial, incluyen a estas dos mujeres, la que cuida al niño (el hijo de Sarabia) y a la empleada del servicio doméstico, y se lo entregan a un fiscal que adelanta una investigación por Siopas, en Quibdó, Chocó, para escucharlas”, añadió.
El informe ilegal, que pinta a Meza como una criminal conocida como alias La Cocinera, lo armó la Dijín. Un investigador criminal de la Policía Nacional firmó y aprobó el documento.
La interceptación resulta ilegal y preocupante, indicó Barbosa, pues en Colombia para ‘chuzar’ una comunicación debe haber “motivos fundados y deben ser documentados con elementos probatorios que permitan inferir que las personas participan en actividades delictivas”.