El balance en materia de seguridad para Cali durante el 2023 no habría sido el más positivo, toda vez que no se cumplió la meta fijada por la actual administración de cerrar el año con menos de mil homicidios, mientras delitos como la extorsión y el secuestro estuvieron al alza.
Analistas y expertos en seguridad coinciden en que los retos para el próximo Secretario de Seguridad son desafiantes dado que deberá tener una sinergia institucional amplia, una gran participación comunitaria y una fuerte inversión social para bajar la tasa de homicidios, (43 por cada cien mil habitantes en el 2022), y sacar a la capital vallecaucana del listado de las 50 ciudades más violentas del mundo.
Según el Observatorio de Seguridad de Cali, con corte a diciembre 28, se habían presentado 1001 homicidios, veinte más que en el 2022 cuando se registraron un total de 981 casos. Se teme que el año cierre con alrededor de 1.010 muertes violentas teniendo en cuenta que aún faltan las fiestas de Fin de Año.
Pero, disminuyeron el hurto a personas, (-29 %); residencias (- 25%); a comercio (- 32%), y el hurto a celulares (- 42%), al igual que el abigeato (- 77%) y los delitos sexuales (- 10%).
Cabe anotar que los datos no son claros en el tema de hurtos toda vez que una información es la que presenta la Secretaría de Seguridad que tiene como fuente el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA), del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General y otra la Policía Nacional cuya fuente es el sistema Siedco.
Es por eso que, según la dependencia distrital, el 2023 (con corte al mes de octubre) tiene la mayor incidencia de casos para hurto a personas con 14.748 denuncias, frente a 7287 en el 2022, al igual que de autopartes con 1515 denuncias respecto a 1211, para el mismo período señalado.
Un balance negativo
Para el concejal Fernando Tamayo el balance en materia de seguridad es negativo para el 2023. “En Cali hay un total desgobierno y descontrol, pues hay zonas completas de la ciudad donde es necesario la presencia permanente de militares porque están en manos de la delincuencia”, dijo.
Señaló además que hay un subregistro en el tema del robo a celulares. “El Observatorio no es real frente a las cifras, ni siquiera de homicidios. (…) El balance es deplorable, pero más deplorable es que intenten, a punta de manipulaciones, mostrar unas cifras que no son reales”.
Igualmente, llamó la atención sobre los casos de feminicidios (12 según la Policía), el homicidio de mujeres y la violencia intrafamiliar en la ciudad, cuyas cifras siguen siendo altas.
Isaac Morales, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, destacó la reducción del hurto a personas, así como el tema de amenazas, que a septiembre de este año presentaban una disminución del 5 % y del 44 % respectivamente.
No obstante, señaló que la extorsión se ha incrementado en más de un 57 % en comparación con el 2022, lo que genera un escenario preocupante para Cali y municipios del área metropolitana.
“Municipios como Jamundí, Candelaria, Yumbo, Palmira y Cali, se afectan el uno al otro en materia de seguridad y convivencia ya que existe una amplia presencia delincuencial. Está el Clan del Golfo y la Jaime Martínez en la zona rural, pero también hay unos seis grupos que tienen cierta relevancia en la seguridad de Cali y se mueven fácilmente por estos otros municipios”, sostuvo Morales.
Estas “banditas”, agregó, se encargan de controlar las economías ilícitas alrededor de la extorsión, el microtráfico y el hurto, pero trabajan en una especie de outsourcing criminal con organizaciones más grandes.
Por eso, reiteró, uno de los grandes retos de la nueva administración es conocer la estructura orgánica de las organizaciones para poder desarticularlas. “Debe enfocarse en el fenómeno de la extorsión que está afectando a pequeños comerciantes, transportadores y que no se denuncia porque la gente siente que no hay garantías”, subrayó.
De otro lado, Iván Carvajal, experto en seguridad, recordó que Cali tiene una de las tasas de homicidios más altas del país, 43 casos por cada cien mil habitantes, que “es brutalmente alta y seguramente la tasa en el 2023 va a cerrar en 44 casos por cada cien mil habitantes, eso significa un poco más de mil homicidios este año”, expresó. Insistió que la percepción de seguridad está muy deteriorada en Cali, donde la gente considera que es el principal problema y el que requiere mayor atención por parte de la Alcaldía.
Finalmente, Álvaro José Pretel, investigador en temas de seguridad y defensa, se pronunció en la misma línea al insistir que una de las metas del nuevo gobierno tiene ser la de salvar vidas y se logren bajar los homicidios a 700 casos, “cifra que seguirá siendo alta, pero es mucho mejor que el escenario actual”.
Para los expertos consultados es urgente también aumentar el pie de fuerza, mejorar el tema de tecnología (cámaras y drones), articular el trabajo con instituciones públicas y privadas y mejorar la oferta social para los jóvenes.