El reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales es una de las preocupaciones de las autoridades, pues de acuerdo con un informe conocido por El País, en lo corrido de 2024 al menos 101 menores de edad, en su mayoría indígenas, campesinos y afrodescendientes, han sido víctimas de este flagelo.
Cabe destacar que el informe detalló que una de las estrategias de los grupos armados organizados es atraer a los niños, niñas y adolescentes que presentan mayor deserción escolar, que viven en entornos disfuncionales, que habitan asentamientos ilegales y donde se perciben altos índices de pobreza.
Además, las autoridades identificaron varias modalidades de dinamización de actividades de reclutamiento infantil, entre las que se destacan los ofrecimientos económicos, pues al acercarse a comunidades vulnerables, miembros de estructuras al margen de la ley engañan a sus víctimas con falsas oportunidades laborales.
Otra de las manera de ser llamativos para los pequeños es a través de la entrega de kits escolares o comida, ganándose la confianza de las comunidades. Estas actividades, según el documento conocido por El País, se llevarían a cabo en medio de citaciones a través de organizaciones sociales, alegando que están luchando en contra de la desigualdad entre clases sociales. Además, miembros de estos grupos estarían llegando a las escuelas para captarlos e instrumentalizarlos en diversos trabajos como en el cobro de ‘peajes comunitarios’.
Una de las modalidades de reclutamiento que se ha identificado principalmente en los departamentos de Cauca y Nariño es la instrumentalización de trabajadoras sexuales para generar beneficios y acercamientos con los niños.
De la misma manera, los cabecillas de estas estructuras ilegales buscan crear un vínculo familiar o de amistad entre las víctimas y conocidos que hacen parte de las filas de estos grupos, seduciéndolos para que se unan ‘voluntariamente’ a las supuestas luchas que adelantan.
De igual forma, jóvenes ya reclutados serían instrumentalizados para engañar a otros y animarlos a hacer parte de la estructura.
Las redes sociales, el motor de los grupos ilegales
Miembros y adeptos de las organizaciones armadas estarían publicando contenido en plataformas digitales, con el fin de llamar la atención de los niños, niñas y adolescentes.
Asimismo, estos perfiles en las redes sociales de los grupos armados organizados tendrían aproximadamente 231 mil seguidores y cerca de 2.6 millones de interacciones, donde buscan visibilizar sus capacidades bélicas y la siembra de cultivos de hoja de coca.
Suroccidente, entre las zonas más afectadas
Las autoridades informaron que en los departamentos de Cauca, Nariño y Valle los grupos armados organizados estarían vinculando a menores de comunidades indígenas, campesinos y afrodescendientes a través de incentivos económicos y generando presión.
Estas víctimas serían vinculadas desde Cali y Popayán por medio de engaños y luego los enviarían a supuestos centros de instrucción ubicados en áreas de influencia criminal para evitar levantar sospechas en las autoridades.
Además, en Antioquia, el sur de Bolívar y en Norte de Santander los jóvenes estarían siendo reclutados a través de ofrecimientos económicos por parte del Clan del Golfo.
El informe detalló que el frente Yeison Leudó Chaverra, del Clan del Golfo, estaría vinculando a menores en condición de calle en Cáceres, Tarazá y Caucasia, ubicados en el bajo Cauca Antioqueño, asimismo, el frente Efrén Vargas Gutiérrez reclutaría a jóvenes en algunas comunas de Medellín.
En Putumayo, Caquetá y Amazonas un grupo ilegal identificado por la Policía Nacional estaría exigiendo a la comunidad la entrega de niños para el sostenimiento de escenarios de disputa en el sur del país. Para este fin, harían reuniones con líderes e integrantes de organizaciones comunitarias y sociales, de esta manera inician el adoctrinamiento para la vinculación de los niños como “factor de oportunidad y calidad de vida”, se explicó en el informe.
Otro de los puntos determinantes en esta actividad criminal se presenta a partir de tres fases identificadas por las autoridades: Entrenamiento, distribución de los niños, niñas y adolescentes en diversas actividades criminales o escenarios de disputa y la “especialización criminal o el denominado guerrillero experto”.
Cabe destacar que estas acciones ilegales en contra de la niñez no solo instrumentaliza a menores colombianos, según conoció El País, en las zonas de frontera los grupos armados estarían reclutando venezolanos y ecuatorianos para sostener las confrontaciones.
Creación de escuelas de entrenamiento criminal
Según identificaron las autoridades, los cabecillas de los grupos armados solicitaron la creación de supuestos centros de instrucción para adoctrinar a los niños, niñas y adolescentes con estrategias pseudopolíticas para el sostenimiento de confrontaciones, los cuales tienen capacidad para entre 100 y 300 menores de edad. Estas escuelas de entrenamiento se han encontrado en los departamento de Cauca, Putumayo, Nariño, Huila, Antioquia, Chocó y Bolívar.
De acuerdo con el informe, el primer paso sería la realización de un curso básico de guerrilla, el cual dura entre dos y seis meses, allí se realizan actividades físicas y manejo de armas con elementos de simulación. Esta fase inicial estaría a cargo de miembros con experiencia militar, además, se capacitarían en procedimientos médicos y quirúrgicos.
El siguiente paso de entrenamiento busca enviarlos a diferentes partes del país con el objetivo de evitar fugas. Los destinos que se han identificado son Nariño, Arauca y Guaviare, donde inician su actuar delictivo.
Menores engañados
- Los principales roles criminales que realizan los menores es el trabajo en cultivos ilícitos y minas ilegales, el sicariato, las tareas domésticas, el trabajo sexual y el transporte de armas o material bélico.
- Los grupos armados organizados engañan a los niños y adolescentes para que entren a estas organizaciones, asegurando que es una oportunidad única para mejorar su calidad de vida.
- Se realizarían supuestas convocatorias en resguardos indígenas para vincular comuneros a los grupos.
- Para ser más llamativos, los integrantes de estas organizaciones usan fotografías de menores con prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares con el fin de motivar a los menores.