El ataque registrado con una motocicleta bomba, el sábado pasado en zona rural del municipio de Jamundí, en un puesto de control del Ejército y la Policía que dejó una persona muerta y 14 lesionados, entre ellos siete patrulleros, plantea algunos aspectos en los que se estaría ‘pecando’, tanto a nivel administrativo como de la Fuerza Pública, para contrarrestar la criminalidad.

Los ataques con motocicletas bomba se han vuelto una constante en el municipio de Jamundí, donde este año han sido estallados más de 4 artefactos de estos. | Foto: El País

Como se sabe, durante los últimos años Jamundí viene siendo objeto de continuos ataques por parte de grupos armados al margen de la ley que buscan no solo tener el control territorial sino también de las rentas ilícitas (narcotráfico, minería ilegal y extorsión), en el sur del Valle y norte del departamento del Cauca.

Sin embargo, con una población cercana a los 160.000 habitantes, este municipio no cuenta con un sistema de cámaras de vigilancia por parte de la Alcaldía y, aunque existe un decreto de enero de este año que restringe la circulación de motocicletas con parrillero hombre, al parecer esta norma no se cumple pese a que todos los atentados se han registrado con motocicletas.

Pero, además, su seguridad depende de la Policía Metropolitana de Cali, una unidad que debe responder no solo por Cali sino por otros municipios como Candelaria, lo que le restaría capacidades en pie de fuerza, en inteligencia e investigación criminal.

Consultado sobre estos aspectos que vulnerarían la seguridad de esta población, el coronel Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, afirmó que “Jamundí se encuentra como una prioridad para la Policía Nacional y la Metropolitana de Santiago de Cali”.

En ese orden de ideas, agregó que ante los eventos que han afectado la seguridad y tranquilidad de esta población, se aumentó el pie de fuerza desde comienzos de noviembre en 200 hombres, adicionales al personal que está en la Estación de Policía de Jamundí.

Además, en coordinación con tropas de la Tercera Brigada se adelantan operaciones con el fin de tener presencia institucional, tanto en la zona rural como urbana.

Reiteró que la Policía conformó unas reacciones motorizadas en una especie de triángulo en el sector entre Bonanza y El Rodeo, al igual que puestos de control en lugares estratégicos para prevenir cualquier actividad de la disidencia Jaime Martínez en la parte alta del municipio. “Todas estas operaciones se han complementado con tecnología y en este momento contamos con dos sistemas antidrones y un Siart (Sistemas Aéreos Remotamente Tripulados) para tener vigilancia nocturna y diurna, pero también nos estamos apoyando con el patrullaje del helicóptero Halcón que tenemos para la seguridad en Cali”, sostuvo el alto oficial.

En el último atentado registrado este 7 de diciembre de 2024, una persona murió y 14 más resultaron lesionados, entre ellos 7 uniformados. | Foto: El País

Oviedo confirmó, igualmente, que de los tres sistemas antidrones que les entregó la Gobernación del Valle del Cauca, dos están operando en Jamundí, lo que les permite mejorar el tema de vigilancia y seguridad.

Ana María Sanclemente, secretaria de Seguridad del Valle, también se refirió a los sistemas antidrones y dijo que se trata de 5 equipos adquiridos por la administración departamental, dos de los cuales están en operación en Jamundí, acompañando al Ejército.

Esta tecnología, según afirmó, permitió la inhibición de drones durante las pasadas elecciones del Área Metropolitana, Amso, en el municipio de Timba, Cauca.

“Estos sistemas antidrones ya han tenido resultados y operaciones importantes protegiendo la vida de soldados y de la población civil, además de los equipos antidrones que tiene la Policía Nacional en las estaciones en zona rural de Jamundí”, puntualizó la funcionaria.

De otro lado, el coronel Oviedo, al ser cuestionado sobre la necesidad de que Jamundí cuente con su propio Comando de Policía y no dependa de la Metropolitana de Cali, aclaró que la Policía de Jamundí sí cuenta con su propio comandante.

“Jamundí es un Distrito de Policía al mando de un teniente coronel y el comandante de Estación de Policía es un mayor. (…) La doctrina de la institución es que por la población que tiene no es para ser una unidad como la Policía Metropolitana de Cali sino un Distrito que pertenece a la Mecal”, indicó.

También fue enfático en sostener que “la inteligencia está funcionando” y que para ello se creó una burbuja antiterrorista con el Ejército, que les ha permitido realizar 19 operaciones, 39 capturas de integrantes de grupos armados organizados residuales y sus redes de apoyo de la disidencia Jaime Martínez y 29 detenciones de actores delincuenciales.

La alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, algunos expertos en seguridad creem que la mandataria ha sido pasiva, dejando a la policía sin recursos ni garantías, lo que impide una respuesta efectiva. | Foto: El País

“Se han realizado 57 acciones de inteligencia que han evitado hechos de intranquilidad en el municipio, así como la captura de cabecillas de la red urbana del Frente Manuel Cepeda Vargas y de algunos de los responsables de los ataques en esta población como alias Potro, quien puso la primera motocicleta bomba en junio de este año”, destacó Oviedo.

Trabajo articulado

Por su parte, la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, explicó que viene trabajando de manera articulada con la Gobernación del Valle y la Fuerza Pública, lo que se refleja en un aumento del pie de fuerza en áreas de difícil acceso, entrega de drones y sistema antidrones, chalecos antibalas y un aumento en cinco veces más que el año pasado del presupuesto para la seguridad.

Respecto a las cámaras de vigilancia, dijo que el proyecto ya fue radicado ante el Ministerio del Interior. “Son 60 cámaras de última tecnología que estarán en puntos estratégicos del municipio lo que nos facilitará el monitoreo y la prevención de los delitos”.

En este sentido, la Secretaria de Seguridad del Valle, corroboró que el proyecto de cámaras de vigilancia “está firmado, tiene acta de inicio y ya arrancamos con los pagos correspondientes a la Gobernación para su implementación”, dijo.

La alcaldesa también señaló que la Fuerza Pública adelanta la Operación Jamundí con la que se busca combatir la criminalidad y garantizar la tranquilidad de los habitantes.

En cuanto a la falta de control que existe en el municipio sobre los motociclistas, la mandataria expresó que “iniciando este año se expidió un decreto que regula la circulación del parrillero hombre en horas de la noche, el cual se está haciendo efectivo en los controles policiales”.

Añadió que se están desarrollando operativos conjuntos con la Fuerza Pública, las secretarías de Movilidad y Gobierno para controlar el tráfico de vehículos que no cumplan con las normas de tránsito, incluidas las motocicletas. “De hecho, en el último atentado al municipio, el sábado pasado, un puesto de control mixto detectó de manera efectiva y a tiempo una motocicleta con un parrillero hombre evitando que ingresara al casco urbano y se presentara un incidente mayor”, precisó Castillo.

Toma de decisión

Felipe Fernández, consultor en seguridad y paz sostuvo que “Jamundí es un territorio en el que convergen diferentes escenarios de riesgo y al mismo tiempo hay una problemática asociada a los diferentes escenarios de toma de decisión”.

En ese sentido, agregó que esto se ve por ejemplo en la Policía. “La Metropolitana tiene jurisdicción en Jamundí, lo que resta capacidades tanto en pie de fuerza como en las mismas capacidades de inteligencia, de investigación criminal y de Policía judicial”.

En cuanto al parrillero hombre, dijo que es una medida que funciona en el corto plazo.

Pese a la llegada de 200 hombres adicionales en el mes de noviembre a esta población del sur del Valle, la respuesta de los criminales fue atentar el pasado sábado con una nueva motocicleta bomba. | Foto: El País

Entre tanto, Willy Valdivia Granda, director de investigación de la empresa de seguridad nacional OIBEl problema en Jamundí se basa en tres factores clave. Primero, su ubicación estratégica la convierte en un nodo crucial para el narcotráfico y otras actividades ilícitas, facilitando el crimen transnacional a través de cultivos de marihuana, cocaína y posibles drogas sintéticas. Segundo, la presencia estatal en las zonas rurales es limitada, lo que, junto con la disminución de la capacidad operativa e inteligencia de las fuerzas de seguridad por la desarticulación de operaciones conjuntas, deja estos territorios vulnerables al control de actores ilegales.

“Las fuerzas de seguridad están desplegadas, pero su presencia dispersa y débil, influenciada por la coacción de grupos criminales sobre organizaciones indígenas, impide un control efectivo”, manifestó.

Finalmente, la falta de institucionalidad en el casco urbano, agravada desde el paro de 2021, refleja una crisis de gobernabilidad que aún persiste. “Aunque se ha incrementado la presión militar, Jamundí debe ser considerado dentro del contexto regional y nacional, pero la desconexión entre las estrategias del gobierno nacional y las autoridades locales genera un impacto directo, dificultando una respuesta coherente y efectiva”, enfatizó.

Otro experto en seguridad que prefirió omitir su nombre, aseguró que “la alcaldía de Jamundí ha recibido claras advertencias de los grupos criminales, quienes han marcado su dominio sobre el municipio, especialmente en la distribución de drogas y microtráfico”.

Y reiteró: “El problema no es de cámaras, es de un despeje del territorio”.