El aparente ajuste de cuentas que acabó con la vida de Ronald Vega Daza, Ray de Jesús Vega Daza y su padre, Rafael Vega Cuello, en la tarde de este jueves 29 de junio no solo dejó paralizados a los habitantes del barrio Villa Campestre de Barranquilla, sino que también consternó por igual a la población de la capital atlanticense.

En las últimas horas se dio a conocer el reporte de Medicina Legal tras la inspección que los forenses de la Sijín le realizaron a los cuerpos de los tres sujetos, todos miembros de una misma familia. Los resultados fueron fulminantes: 33 impactos de bala recibieron en total las víctimas, en lo que se describe como un ataque violento y bien orquestado.

Las autoridades estuvieron analizando el desarrollo del hecho. | Foto: Suministrada a Semana

Las heridas fueron causadas con fusiles, uno de los cuales fue dejado en la escena del crimen. De acuerdo con el relato de uno de los testigos, los fallecidos habrían recibido disparos, incluso, desde el techo.

El reporte de Medicina Legal sostiene que el padre de las otras dos víctimas, Rafael Vega Cuello, fue blanco de siete impactos de bala, de los cuales tres fueron a la altura del oído, uno fue en el cuello, otros dos los recibió en la región occipital de la cabeza y el último en el antebrazo.

De acuerdo con las autoridades, cualquiera de los primeros seis impactos hubieran podido causarle una manera casi instantánea.

El mayor de los hijos asesinados, Ronald Vega, de 41 años, tenía incluso más heridas. Los nueve proyectiles que recibió se distribuyeron así: dos en su abdomen bajo, uno en el pecho, uno en el antebrazo izquierdo, dos en el antebrazo derecho y los últimos tres llegaron hasta su rostro, uno de los cuales incluso le fracturó el cráneo.

Una vez más, estos últimos impactos, a pesar de los otros seis, fueron los que provocaron la más alta letalidad en el hombre de 41 años, quien igual podía morir por las hemorragias.

Este cartel fue pegado cerca del conjunto residencial de Villa campestre cerca a donde ocurrieron los hechos | Foto: Red de Apoyo

Por último, el menor de los tres fallecidos, Ray de Jesús Vega de 37 años, fue contra el que más se terminó desatando la furia del ataque: recibió los 16 disparos restantes.

El informe detalla que él no tenía perforaciones en su cabeza o cuello y que los impactos más letales fueron uno que le alcanzó el pecho y otros tres que llegaron a su abdomen. Los otros 12 se presentaron así: uno en su axila, otro en el antebrazo derecho, nueve en el brazo izquierdo y uno en una pierna.

Cabe señalar que una de las personas que se encontraban en la vivienda del barrio Villa Campestre y que también fue herido fue Roberto Vega, quien solo presentó un impacto en una de sus piernas y pudo sobrevivir al ataque armado.

Una de las armas fue abandonada en el lugar de los hechos, un fusil. | Foto: Red de Apoyo

Esta es la hipótesis de la masacre en Atlántico

Como de película, un crimen bien planeado con inteligencia en la zona del ataque y producto de una guerra que habría comenzado tras una riña en una fiesta, que posteriormente se catalogó como ‘la narcofiesta en Atlántico’ donde incluso fue asesinado el cumplimentado.

La historia de estos hechos es macabra y perturbante para la comunidad en ese departamento. En torno a este caso también fueron usados fusiles para atacar y los muertos fueron dos, todo tras una riña que involucró escoltas (uno de ellos resultó muerto).

Una masacre sangrienta y despiadada que, según información de las autoridades, conocida por este medio, llevó tiempo de planeación para ejecutarse, posiblemente un mes o más. Los atacantes, incluso, arrendaron un local junto al conjunto residencial de sus víctimas y desde allí ejecutaron el ataque con fusil.

Días antes de este atentado en la zona de los hechos, muy cerca a la casa de los Vega, apareció un panfleto pegado a un poste en el que los alertaban como ‘Los más buscados’, de la misma manera como la Policía lanza carteles con rostros de presuntos delincuentes, también fueron ellos ubicados con fotos de sus rostros, nombres y apodos en un cartel creado por desconocidos.