Antes de que amaneciera en Cali, ayer sobre las 5:10 de la mañana la ciudad ya reportaba un doble homicidio. Las víctimas, Eliana Torres y Alveiro Arroyo, fueron atacados por sicarios que los asesinaron cuando iban en un vehículo sobre la Avenida Sexta Norte con calle 52. Ambos tenían antecedentes judiciales.
Según las autoridades, la pareja reportaba antecedentes por actividades delictivas como hurtos, constreñimiento, evasión fiscal y concierto para delinquir.
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Según el secretario de seguridad de Cali, Jimmy Dranguet, “algunas personas están llegando este mes a la ciudad con prontuario criminal, antecedentes penales y problemas del pasado pero radicados en otras ciudades. Son conflictos de municipios vecinos que están desencadenando con homicidios en Cali”.
A este caso se suma el de la semana pasada en el barrio El Porvenir, donde sobre la calle 34 con carrera 6a, fueron asesinados una mujer y un hombre con el alias de Corroncho, quien en 2014 estuvo en prisión por homicidio.
“Estamos en frente de un fenómeno de enfrentamiento entre estructuras criminales que está teniendo como escenario a Cali, lo que demuestra que hay unos fenómenos de criminalidad latentes que se habían atenuado pero no desaparecido. Sí tengo una certeza y es que este fenómeno incumbe al Gobierno Nacional, que debe aportar muchos más recursos”, afirmó Andrés Felipe Galindo, experto en temas de seguridad.
Para Galindo, las rivalidades entre estructuras criminales son amenazas que están ahí, latentes, por lo que considera que es muy probable que estemos en frente de una guerra o reacomodo de estructuras criminales porque Cali es un centro de negocios del narcotráfico y de las economías más importantes.
Según cifras entregadas por el Observatorio de Seguridad de la ciudad, entre el 1 de enero y el 19 de diciembre de este año, en la ciudad fueron asesinadas 942 personas, de ellas el 92% son hombres y el 8% mujeres.
“No creo que se pueda decir que hay una guerra de bandas o carteles. Lo que está ocurriendo en Cali son dos cosas, la primera es que aumentan los homicidios por el consumo de alcohol que, en algunas veces desencadena en riñas. La segunda es que así como cualquier persona sale a celebrar o tomar algo con su familia, los miembros de bandas delincuenciales también lo hacen y bajan la guardia, por lo que son más vulnerables a ataques sicariales”, sostuvo Pablo Uribe, experto en seguridad.
Para Héctor Herrera, exuniformado de la Policía, es urgente relevar el pie de fuerza que hay en la ciudad, pues dice que las organizaciones criminales actualmente están trabajando por comunas y “la Policía sabe dónde los bandidos guardan la droga, pero no hacen nada. Cali necesita un traslado masivo de nuestros policías porque no están procediendo de la manera adecuada, no están realizando los controles oportunos y quizás haya personal involucrado con los criminales. Cómo es posible que se presenten situaciones de emergencia y no haya una captura, reacción o resultados positivos. No hay que dejar tanto tiempo el policía en el mismo lugar porque se presta para que, en algunos casos, haga amistad con el delincuente y desviar su accionar criminal”.