En Barranquilla, el principal puerto colombiano sobre el Caribe, comenzó a correr descalzo contra el viento. En Tokio, Anthony Zambrano se quedó con la medalla de plata en los 400 metros planos, una hazaña inédita para un sudamericano.
A sus 23 años el hijo de Maicao, un punto desértico, limítrofe con Venezuela, ha sido albañil y bicitaxista. Cuando se entusiasmó con el atletismo, siendo todavía un adolescente, corrió con los pies desnudos, no por mística, sino por necesidad, el motor de los sueños de muchos deportistas colombianos.
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Ahora Zambrano pasó a la historia como el primer atleta nacional en ganar una medalla en el atletismo masculino.
Este 2021, antes de Tokio, Anthony solo se bajó de lo más alto del podio en la reunión de la Liga de Diamante en Catar, donde fue segundo. Ganó el Memorial Carlos Gil Pérez en España, la parada de la Liga de Diamante en Italia y, a finales de junio, se quedó con el meeting de Madrid, superando a Van Niekerk en la recta final para firmar una marca de 44.51 segundos, la mejor de su temporada. Esa que supo superar dos veces. En la semifinal, con 43.93, y en la final, con 44.08 segundos.
"Soy un rival muy fuerte, no soy débil. Para poderme ganar tienen que luchar. Si ellos no me ganan en los 300 metros, 350, que se olviden, que eso me lo llevo yo", alardeó Zambrano, huérfano de padre por la violencia, en el canal de YouTube del Comité Olímpico Colombiano.
Vigente campeón panamericano, Zambrano está llamado a relevar a la bicampeona del BMX, Mariana Pajón (29 años), y a la medallista de oro en salto triple, Caterine Ibargüen (37 años), como máxima figura olímpica de su país.
Tanque de reserva
El colombiano llegó a la cita con unos Juegos Olímpicos a cuestas. En 2016 compitió en los 400 metros por relevos, aunque su equipo no clasificó a la final.
"En Río hice las cosas bien, pero no fue perfecto porque yo era joven, me faltaba chispa y entusiasmo (...) pero entonces me puse la meta de ir a los siguientes Juegos Olímpicos", contó al sitio web de Tokio-2020.
Ahora, más maduro, revienta las piernas de sus adversarios en los últimos 100 metros de la meta. En ese punto, echa mano de un "tanque de reserva" en su físico que le otorga la victoria, explica Sandoval.
Es "un tipo con una mentalidad ganadora y con una confianza única en su remate. Cuando él hace un cambio de ritmo es una locura, no lo coge nadie", adelanta el experto.
Oficios varios
Aunque nació en Maicao, Zambrano se hizo atleta en Barranquilla, donde creció entre la necesidad y se divertía siendo futbolista. Entonces, el entrenador Juan Cervantes lo invitó a probarse en la pista atlética.
Siendo juvenil, fue séptimo en los 400 metros en el Mundial de menores de 2015 en Colombia y un año después ocupó el sexto lugar en la cita mundial Sub-20 de Polonia.
Fue bicitaxista, albañil, pintor y mecánico, a la par que se ejercitaba descalzo en el estadio Metropolitano de la ciudad caribeña, pues su madre, recuerda ella, "no tenía la capacidad (económica) para comprarle un par de zapatos para entrenar".
En 2019 conquistó los Juegos Sudamericanos y la plata del Mundial de Catar, única medalla para Colombia en una prueba de velocidad de la cita internacional. "Yo no hablo mucho porque me gusta dar sorpresas", advierte Zambrano, admirador de Usain Bolt.