La atleta colombiana más grande de todos los tiempos en los Juegos Olímpicos presentó este viernes 30 de julio su tercera producción del más alto nivel cinematográfico. La múltiple campeona mundial es ahora tres veces medallista olímpica.

Protagonista en Londres 2012 con 20 años, junto a Carlos Mario Oquendo como actor principal; en Río 2016, con 24 años, repitió la película, pero con Carlos Alberto Ramírez cómo acompañante estelar. Ahora, en Tokio 2020, con 29 años, la cinta se repitió, con los mismos protagonistas de Río.

Competir en tres Juegos Olímpicos diferentes, en un deporte individual, con una sola medalla en juego, lo han logrado pocos atletas en la historia. El luchador ruso Aleksandr Karelin, campeón en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Barcelona 1992 y Atlanta 1996 y el judoca cubano Mijaín López, oro en Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016, estaban en la mira de Mariana para igualarlos.

Aunque el tercer oro no llegó, la plata conquistada tiene sabor de oro y ahora Mariana Pajon Londoño se convirtió en la embajadora olímpica más grande de nuestro país, no solo por el resultado, sino desde todo su ser, desde su humanidad, por sus valores, por cada día ser ella, ser Mariana.

A Londres llegó como la niña prodigio que soñaba con el Olimpo. Como abanderada del país, con una mentalidad única, con toda la presión en sus piernas, Mariana permitió que Colombia entonara por segunda vez en la historia el Himno Nacional en unos Juegos Olímpicos, luego de la pionera María Isabel Urrutia en levantamiento de pesas de Sídney 2000.

En territorio británico se ratificó que los títulos mundiales juveniles, los premios de promesa y las distinciones del Futuro es Hoy que recibió algunos años atrás, no fueron cuestión del azar y cruzó primero la meta. Conquistó su primera medalla olímpica y fue dorada, como su vida, como ese legado que empezó a predicar con el deporte, porque siempre lo dijo: "Más allá de una medalla, quiero dejar un legado".

En el Reino Unido no festejó sola, porque tras su oro, la película registró la medalla de bronce de su amigo de toda la vida, de quien la acompañó en todas las aventuras deportivas y personales. Ese día, Carlos Mario Oquendo ganó la medalla de bronce e hizo que la cinta tuviera dos protagonistas.

Para Río 2016, ya como campeona olímpica, Mariana supo manejar la presión, tuvo la cabeza bien puesta y las piernas más fuertes para no ser inferior a lo esperado y, con autoridad, demostrando que es la Reina Mundial del BMX, pedaleó por el segundo oro olímpico y la más grande historia deportiva de nuestro país. Dos veces campeona olímpica.

En Brasil la película fue igual que en Londres, pero cambió el protagonista que la acompañó a la grabación. El bronce fue para Carlos Alberto Ramírez y el filme quedó completo. Oro y bronce como en Londres. Mariana se afianzó en el Olimpo y Colombia presenció la confirmación de una compatriota fuera de serie. Nacida para la gloria deportiva y el legado seguía creciendo.

Para Tokio 2020 todo fue diferente, porque no tuvo que esperar cuatro años, fue un lustro, cinco años de superar obstáculos, de atravesar desiertos, de navegar por dificultades, pero la vida le permitió crecer aún más, como si dos medallas olímpicas de oro fueran poco, ella crece cada día y a Japón llegó con 29 años, cerca de cumplir los 30, para seguir ampliando el legado, porque la misma Mariana de Londres, la misma sonrisa tierna, el mismo carisma y la misma potencia en las piernas, pedaleó en el Urban Park de Tokio.

Además de los 5 años, Mariana tuvo que esperar 45 minutos más, parece poco, pero la extraña lluvia del verano japonés obligó la postergación. La tensión aumentó dos mil 700 segundos más para salir a la semifinal y demostrar que cuando alguien nació para ser dorado y lo trabaja con disciplina y dedicación, lo puede lograr, hasta una plata es como tener un oro.

Mariana quedará en la historia como la primera colombiana en conquistar tres medallas olímpicas, dos de oro y una de plata, en tres continentes diferentes y ahora Carlos ingresa al grupo del doblete.

Ramírez fue igualmente grande en Tokio. Tras el bronce de Río, Carlos también tuvo que vivir un ciclo olímpico difícil, de muchas adversidades, para dejarlo todo y un poco más en la extensa pista japonesa.

Como Helmut Bellingrodt, Jackeline Rentería, Yuri Alvear, Oscar Figueroa, Caterine Ibargüen y Luis Javier Mosquera, Ramírez ahora tiene dos medallas olímpicas, dos bronces que son como oros para completar una película digna de nominación a cualquier premio y para liderar las taquillas de cines en las carteleras colombianas, con proyección a un cuarto episodio: París 2024.