En la actualidad, el calentamiento global y el cambio climático han logrado que los países comiencen a realizar estrategias que permitan mitigar el impacto ambiental generado por el uso de combustibles fósiles; residuos sólidos, líquidos y gaseosos, la deforestación de bosques, entre otras causas, las cuales se han venida compilando y discutiendo en las Conferencias de las Partes (COP) 21 realizada en París en el año 2015 que sustituyo el Protocolo de Kyoto y la COP24 realizada en Katowice Polonia en el año 2018, buscando con ello lograr acuerdos mundiales para lograr evitar que el incremento de la temperatura media global supere los 2°C respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.

Con base a lo anterior, surgió hace mucha décadas atrás el concepto de Energías No Convencionales Renovables, las cuales buscan hacer la transición energética de los combustibles fósiles por fuentes alternativas con menor impacto ambiental; además, lograr también con base a ellas recuperar residuos o desechos residenciales, industriales y agroindustriales. Para ello se tienen contempladas las más utilizadas que son la solar y eólica, hidráulica, biomasa y que son complementadas con la gestión energética que apunta al uso racional y eficiente de la energía que las incluye.

En el caso de Colombia, se tiene un marco normativo para el incentivo tributario (Deducción de renta, exclusión del IVA, exención de derechos arancelarios y depreciación acelerada) con base a las Ley 697 de 20021, Ley 1715 del año 2014 y la Ley 2099 del año 2021, el cual motiva a empresas, instituciones, investigadores y comunidad en general a realizar el diseño e implementación de proyectos en energías renovables y gestión energética tales como sistemas solares fotovoltaicos (conectados a red o autónomos), biodigestores, plantas de biodiesel y bioetanol, movilidad eléctrica de vehículos y bicicletas, biorrefinería, entre otras soluciones; buscando con ello la transición energética de energías convencionales a energías alternativas hasta de un 12% de su capacidad instalada para el año 2022, y que para ello cuenta con recursos financieros en los planes de desarrollo nacional, departamentales y municipales para nuestro país a través de las diferentes convocatorias públicas y privadas, definidas por empresas de diferentes sectores económicos, Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación y las Gobernaciones.

Teniendo en cuenta lo anterior, se requiere la formación de talento humano en este tipo de energías, que no solo incluya el uso eficiente y racional de la energía convencional sino también la implementación de las renovables, permitiendo con ello la transición energética que requiere Colombia, tal y como lo dijo el Ministro de Minas y Energías Diego Mesa a la Revista Semana a inicios del mes de Agosto del presente año, y se espera que las personas se motiven a estudiar una de las carreras del futuro a través de programas de pregrado universitarios que les permitan adquirir dichas competencias teórico-prácticas, puesto que la demanda de profesionales es y será bastante alta en esta área y con excelente remuneración económica como empleado, emprendedor o contratista; también, se debe mencionar que la cantidad de universidades a nivel nacional que ofertan este tipo de Ingenierías son pocas, una de ellas se tiene en la Universidad Santiago de Cali en el Valle del Cauca y que tiene como denominación Ingeniería en Energías.

Finalmente, se puede establecer que dicho talento humano formado en energías renovables puede desempeñarse a nivel nacional e internacional, puesto que en Europa está más desarrollado el tema por parte de los países como España, China, Japón, E.E.U.U, entre otros; además, se permite también la movilidad de profesionales e investigadores entre países y una transferencia tecnológica y de conocimiento acorde a las necesidades que tenemos en nuestro país, y potenciar otras energías poca utilizadas como son la energía eólica y la biomasa, esta última aplicada especialmente para el desarrollo de la agroindustria.

Elaborado por Ing. Msc. Giovanni Andrés Vargas Galván, director del Programa de Ingeniería en Energías