Existen mitos de que a los gatos no les gusta el agua, y en algunas ocasiones sí es cierto que a muchos no les gusta bañarse. Esto se debe a varios factores, incluyendo su instinto natural y su sensibilidad al agua. Se trata de animales muy limpios que pasan gran parte de su tiempo acicalándose por sí mismos utilizando su lengua y sus patas.

Los gatos son animales terrestres y no tienen la misma afinidad por el agua que, por ejemplo, los perros o los patos. Además, los gatos pueden sentirse vulnerables en el agua, lo que puede generarles estrés o ansiedad. La página web y las redes sociales de la plataforma Red Zoocial, comparte información sobre el cuidado adecuado de estas mascotas.

Sin embargo, bañar a los gatos es importante para mantener su higiene y salud en general. Aunque estos animales son conocidos por su habilidad para asearse por sí mismos mediante el lamido, hay algunas razones por las que el baño ocasional puede ser necesario.

La eliminación de suciedad y alérgenos, ya que los felinos pueden acumular suciedad, polvo y alérgenos en su pelaje. El baño ayuda a eliminar estas partículas y mantener la piel y el pelaje limpios. Además, algunos gatos pueden desarrollar olores desagradables si no se bañan regularmente. El baño puede ayudar a mantener fresco el olor de su pelaje.

Para el secado del gato, se debe envolver al gato en una toalla suave y seca con delicadeza para eliminar el exceso de agua. | Foto: Pixabay

Bañar a los gatos también es una manera de prevenir posibles problemas de piel, ya que algunas de estas especies pueden tener problemas de piel, como alergias, dermatitis o infestaciones de pulgas. En estos casos, el baño con un champú especial puede ayudar a aliviar los síntomas y tratar el problema.

El cuidado del cabello también es fundamental, algunas razas como los Persas o Maine Coon, pueden necesitar baños más frecuentes para evitar que se les formen nudos y enredos en el pelaje. El baño puede facilitar el cepillado y mantener el pelaje en buenas condiciones.

Cada cuánto bañarlos

Se recomienda bañar a un gato cada 4 a 6 semanas, a menos que haya una necesidad específica debido a problemas de piel o suciedad extrema. Siempre es importante utilizar productos de baño específicos para estos animales, ya que los champús para humanos pueden ser demasiado fuertes y dañinos para la piel sensible de los gatos.

La aversión de los mininos al agua es un comportamiento natural. Muchos no disfrutan del agua debido a su instinto de preservación y porque la humedad puede hacer que se sientan incómodos o inseguros. Sin embargo, hay excepciones, ya que algunos gatos pueden tolerar o incluso disfrutar del agua, especialmente si se les ha acostumbrado a ella desde una edad temprana.

Si se bañará a un gato que no le gusta el agua, es necesario tomar precauciones para que la experiencia sea lo menos estresante posible.

  • Reunir todos los suministros necesarios antes de comenzar, como champú para gatos, toallas suaves, un recipiente para enjuagar y un cepillo. Esto con la intención de no dejar al gato solo.
  • Crear un ambiente tranquilo en el área de baño. Es mejor prevenir, asegúrese de tener bien cerradas las puertas y ventanas para evitar que el gato escape y reduce los ruidos y distracciones al mínimo.
  • Antes del baño, cepillé suavemente al gato para eliminar cualquier enredo o pelo suelto. Esto ayudará a evitar que el pelo se enrede aún más durante el baño.
Una recomendación es masajear suavemente para crear espuma y trabajar el champú en el pelaje. | Foto: derechos de autor no
  • Llene la bañera o el fregadero con agua tibia hasta una altura que no supere la altura de las patas del gato. Coloque una toalla o una alfombrilla antideslizante en el fondo para brindarle al gato una superficie estable.
  • Sujete al gato con suavidad, pero con firmeza e inicia a mojarlo con agua tibia utilizando un recipiente o una ducha de mano. Evite mojar la cabeza del gato en esta etapa, ya que muchos gatos no se sienten cómodos con el agua en su cara.
  • Aplique una pequeña cantidad de champú específico para gatos y frotarlo suavemente sobre el pelaje del gato, evitando los ojos y las orejas.
  • Enjuague bien el champú del pelaje del gato usando agua tibia. Es importante asegurarse de enjuagar todo el champú, ya que cualquier residuo puede causar irritación en la piel del gato.