A dos horas y media de Cali está El Paraíso de las Palmas, una reserva privada de la palma de cera, árbol imponente por su belleza, fortaleza y longevidad, exclusivo de los Andes colombianos y elegido como símbolo nacional a través de la Ley 61 de 1985.
Pueden llegar a medir 70 metros, sus hojas pesan 10 kilos y viven alrededor de 200 años. Sin embargo, están el peligro de extinción por la deforestación de los bosques andinos y su transformación en potreros. Cuando los frutos caen al suelo quedan a merced del ganado, que consume las nuevas palmas.
Edwin Muñoz y Carlos Londoño, empresarios del turismo, iniciaron en septiembre de 2020 el proyecto de preservar la cuna del árbol nacional en el Valle del Cauca con experiencias de naturaleza. “Estos gigantes son más frágiles de lo que uno se imagina. Es una planta del bosque, trabajamos palma a palma, protegiendo cada semilla, plántula y cada palma joven y adulta para seguir preservando este patrimonio que es de todos los colombianos”, dice Muñoz, administrador del Paraíso de las Palmas.
Una de las reservas de ceroxylon quindiuense (nombre científico de la palma de cera) más visitadas está en el Valle de Cocora, lo que pocos saben es que, a 64 kilómetros de Cali, en el municipio de El Cerrito, se encuentra un bosque de estos árboles en el Valle. “El problema que hay en otros lugares, como Salento, es que las palmas no están en su hábitat natural, prácticamente son muertos vivientes porque al perecer la palma no deja otra que la reemplace, ya que el ganado, uno de sus enemigos, se come las plántulas y corta el ciclo de vida”.
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Las palmas, dice Muñoz, deben estar en su hábitat, ya que “cuando estas botan la semilla, esta tarda cerca de 4 años en convertirse en una plántula de 15 centímetros, luego pasarán unos 50 años para genere un tronco. Para preservarlas hemos apostado por el turismo rural. Con los recursos que recibimos podemos seguir preservando a estos gigantes. Hace poco logramos cercar el bosque y evitamos que el ganado que hay en el sector entre y se coma las plántulas”.
La reserva natural cuenta con 200 hectáreas, de las cuales 8 están en preservación de palmas de cera. El administrador de El Paraíso de las Palmas cuenta que se busca darle a entender a la comunidad la importancia de estos árboles y su relevancia para el ecosistema. “En el bosque que cuidamos hay dos especies de palmas y en total hemos contado 422, sin tener en cuenta las jóvenes y las pequeñas. Si logramos que las personas visiten esta reserva vamos a tener un turismo eco-sostenible, en el que toda la comunidad pueda participar y ayudar a cuidar a este árbol, vital para que esta tierra sea fértil”, continúa.
Tenerife es la despensa agrícola del Valle por la riqueza de sus suelos y por su clima frío, siendo el primer productor de cebolla de rama de la región; cultivada en 500 hectáreas de forma manual, es generadora de 400 empleos.
En plena pandemia y con el apoyo de la Gobernación del Valle y los visitantes de la reserva, esta ha despegado. “Hacemos turismo responsable, manemos grupos pequeños. Devolverle a la naturaleza lo que se le ha quitado es difícil, pero no imposible. Invitamos a los vallecaucanos a que conozcan este sitio maravilloso y aprendan sobre el árbol nacional”.
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Frases
En el Paraíso de las Palmas el visitante se levanta con el canto de las aves. En el día puede hacer caminatas ecológicas y en la noche contemplar las estrellas. Más información en Instagram como @paraisodelaspalmas
El Banco de la República emitió en 2016 el billete de $100.000 que en su reverso incluyó la palma de cera.