Una investigación de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, logró un hito científico que podrían ayudar a comprender aún más los análisis sobre las especies extintas. Según indicó la academia en una misiva, en un nuevo estudio, los expertos lograron el aislamiento y secuenciación de moléculas de ARN de un espécimen de tigra de Tasmania que era conservado en un museo.
“Esto resultó en la reconstrucción de transcriptomas de piel y músculo esquelético de una especie extinta por primera vez”, explicó la universidad en medio de su misiva, recalcando la importancia del estudio realizado, recordando que el espécimen tenía más de un siglo de antigüedad, lo que resulta aún más desafiante.
La academia resaltó que el tigre de Tasmania había sido conservado a temperatura ambiente en la colección del museo de Historia Natural de Estocolmo, y agregando que esta especie fue extinguida en medio de la colonización europea, en un momento en el que los colonizadores lo vieron como amenaza y lo declararon una plaga agrícola, por lo que se estableció una estrategia con la comunidad para acabarlos.
“El tigre de Tasmania, también conocido como tilacino, fue un notable marsupial carnívoro ápice que una vez se distribuyó por todo el continente australiano y la isla de Tasmania (...) se estableció una recompensa de 1 (euro) por cada animal adulto muerto en 1888″, explicó la universidad haciendo referencia a la forma en cómo la especie fue extinta.
La academia explicó que el último tigre de Tasmania murió en 1936, en medio del zoológico de Beaumaris en Hobart, Tasmania. Después de esto, el estudio indicó que la desaparición de este tipo de tigre ha puesto en desequilibrio el sistema ecosistémico por lo que, el recuperar el ARN es una oportunidad para reestablecer este tipo de dinámicas ecológicas.
“Los investigadores señalan que sus hallazgos tienen implicaciones relevantes para los esfuerzos internacionales para resucitar especies extintas, incluidos el tigre de Tasmania y el mamut lanudo, así como para estudiar los virus de ARN pandémico”, afirmó la univerisdad sobre los beneficios de la investigación.
“Resucitar al tigre de Tasmania o al mamut lanudo no es una tarea baladí, y requerirá un profundo conocimiento tanto del genoma como de la regulación del transcriptoma de especies tan reconocidas, algo que recién ahora está empezando a revelarse”, afirmó Emilio Mármol, quien es el autor principal de un estudio publicado recientemente en la revista Genome Research, en la misiva de la academia.
James Webb descubre señales de vida
Recientemente el telescopio espacial James Webb, el cual es un observatorio espacial desarrollado en conjunto con 14 países, más la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA en los Estados Unidos, obtuvo imágenes increíbles que tienen en alertar a los científicos.
Un exoplaneta es un planeta que se encuentra fuera del Sistema Solar. El descubierto por James Webb se llama K2-18 b, el cual se encuentra a 120 años luz del Sistema Solar y es 8.6 veces más grande que el planeta tierra. Anteriormente, el Telescopio Hubble había revelado que en el exoplaneta K2-18 b habría océanos y tendría muchas similitudes con la tierra.
De acuerdo a un informe de la National Geographic en su portal web, lo descubierto por el Telescopio Espacial James Webb es fantástico.
“Una nueva observación realizada por el telescopio espacial James Webb revela que el K2-18 b contiene también moléculas con base de carbono. Esto suma a la viabilidad de vida en el exoplaneta que habita la constelación de Leo”, señala el informe.