Cuando el Covid llegó al Ancianato San Miguel de Cali, Colombia, 59 residentes de 254 contrajeron el nuevo virus a inicios de agosto del 2020. Todos se recuperaron, producto de rigurosas medidas de bioseguridad y una politerapia compuesta por tres medicamentos (ivermectina, nitazoxanida y aspirina) en el periodo temprano de la enfermedad.
Sin embargo, dada la segunda ola que hoy está vigente en Colombia, las visitas de amigos y familiares ya más 10 meses suspendidas (con corte a diciembre), lo que ha provocado un sentimiento de soledad mucho mayor en los adultos mayores, que diariamente deben lidiar con las enfermedades como diabetes, hipertensión o EPOC, pero también con condiciones mentales que les provoca depresión, ansiedad o trastorno neuro-cognitivo.
Es por eso que mientras los residentes esperan el regreso de la cotidianidad pasada ad portas del 2021, encuentran un ligero alivio en las actividades que al inicio de la pandemia eran impensables dentro del geriátrico, como los besos de pareja, las eucaristías o encender un cirio en el Día de las Velitas, así como establecer un contacto con el mundo exterior por medio de videollamadas.
Según el Instituto Nacional de Salud, INS, de los más de 43.000 fallecidos por coronavirus en el 2020, el 76 % se ha concentrado en las personas que tienen más de 60 años, lo que se traduce en casi 33.000 víctimas mortales solo en esta población.