Cuarenta años atrás, Mario Maya y Pablo Gómez trabajaban ocho horas diarias en una farmacia de la ciudad. El resto de su tiempo lo dedicaban a un pequeño negocio de sándwiches que apenas comenzaba a dar frutos en la Avenida Sexta.

Hoy, al hacer un recuento de todo lo que vivieron, afirman que valió la pena. Días sin dormir, trasnochos y grandes esfuerzos son los que ahora los tienen como los socios fundadores de una de las marcas más reconocidas en el mercado nacional: Sándwich Qbano.