El descubrimiento hace cinco años del Homo naledi, una nueva especie de homínido que convivió en la sabana surafricana con los humanos más cercanos al hombre moderno, podría cambiar para siempre lo que sabemos sobre la evolución.
Un equipo de investigadores rusos ha presentado esta semana en Moscú la reconstrucción científica de la cabeza del misterioso ser, descubierto en Sudáfrica por el paleoantropólogo estadounidense Lee Berger, que regaló una copia del cráneo del naledi a sus colegas de Rusia.
El resultado del trabajo científico se dio a conocer en un acto organizado en la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología MISiS.
El naledi es mitad simio, mitad hombre. En lugar de responder a preguntas sobre el origen de nuestra especie, es un eslabón que no encaja muy bien en la cadena evolutiva, explica a Efe el antropólogo ruso Stanislav Drobishevski.
"Combina aspectos muy primitivos, como el cerebro, más propios de los primates, con otros muy desarrollados (como los dientes y las piernas), que se asemejan a los del hombre contemporáneo", apunta el científico.