Mientras que una imprenta moderna puede llegar a imprimir cantidades que se deben cuantificar en miles, el tope de las utilizadas en La Linterna es de mil por hora. El trabajo es estricto, porque les toca estar al pie del cañón, como se dice popularmente.

Desde carteles publicitarios de conciertos y eventos teatrales, hasta propaganda política, son producidos en el taller.

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