Alba Stella Barreto estudió en el colegio de la Santísima Trinidad de las hermanas Franciscanas en Bucaramanga, su ciudad natal. Cuando cumplió 16, y aunque las hermanas del colegio no le creían, y su papá le preguntaba “por qué le daba por eso”, decidió hacerse monja. Ingresó a la Provincia San Pablo Apóstol de los Franciscanos. Fue así como dejó de llamarse Olga.

Hace 30 años la hermana Alba Stella llegó a Cali para trabajar por los desplazados por el conflicto armado, por las menores embarazadas que no tenían un hogar dónde llegar, por las mujeres víctima de la violencia, por los muchachos que estaban en riesgo de ingresar a las pandillas, todo en el Distrito de Aguablanca. Allí la llaman “la maestra Alba”. Incluso hay quien se refiere a ella como “una santa”.