Los ocho millones de toneladas de plástico que cada año reciben los océanos no solo matan a las ballenas, las tortugas o las aves: están ya en nuestra mesa, en el pescado, en la sal, en el agua del grifo, en la embotellada y hasta en la cerveza. Son una amenaza y exigen actuar ya.
Este es el mensaje que pretende lanzar "Micro 2018", la conferencia que por segundo año reúne en Lanzarote a los principales grupos científicos del mundo involucrados en esta materia, por iniciativa del grupo Marine Sciences for Society, de la Unesco y de universidades como las de Cornell (EEUU), Plymouth (Reino Unido), Versalles (Francia), Siena (Italia) o Las Palmas de Gran Canaria.