Internet Explorer, el navegador web dominante de la estadounidense Microsoft que a algunos usuarios les encanta odiar, fue dado de baja el miércoles después de 27 años en las pantallas de las computadoras de todo el mundo.
Microsoft anunció la salida el año pasado, y en una publicación de blog divulgada el miércoles explicó que se debía a la necesidad de comenzar de cero con un navegador diferente: Microsoft Edge.
"Internet Explorer (IE) se ha retirado oficialmente, está sin soporte a partir de hoy", escribió Microsoft.
"La web ha evolucionado y también lo han hecho los navegadores. Las mejoras adicionales en Internet Explorer no pudieron igualar las mejoras generales en la web en general, así que comenzamos de nuevo", agregó.
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El gigante tecnológico ya no ofrecerá correcciones o actualizaciones a la versión existente de Explorer y los usuarios serán dirigidos automáticamente a la aplicación reemplazante, Microsoft Edge.
Fue un momento marcado con cierta nostalgia genuina y muchas bromas a expensas de lo que fue la primera puerta de entrada a Internet para millones de personas.
"Tardabas mucho en descargar cosas, te quedabas congelado y te reemplazaban fácilmente otros navegadores", señaló en su cuenta de Twitter @Zytrux_1, bajo el hashtag #ripinternetexplorer.
"Pero ahí va uno de los primeros navegadores que he usado y tuve muchos buenos recuerdos gracias a él", destacó.
Twitter se inundó de memes sobre el Explorer, incluidas lápidas o ataúdes con la "e" azul característica del navegador y capturas de pantalla ocasionales de mensajes de error que decían que la aplicación había dejado de funcionar.
La primera versión de Internet Explorer apareció en 1995, en un desafío para la estrella emergente de Internet, Netscape Navigator.
La omnipresencia del sistema operativo de Microsoft también se convirtió en una ruta para que Explorer se convirtiera constantemente en el predeterminado para muchos usuarios.
En 1997, las autoridades estadounidenses alegaron que Microsoft, al incorporar por primera vez su Internet Explorer al sistema operativo Windows como navegador por defecto, estaba tratando de aplastar a la competencia de Netscape.
El caso concluyó con un acuerdo en noviembre de 2001 que no impuso ninguna sanción financiera, pero obligó al gigante del software del multimillonario Bill Gates a revelar más información técnica y prohibió los acuerdos anticompetitivos sobre los productos de Microsoft.