El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, arribó el pasado miércoles a México, donde sostuvo de inmediato una reunión privada sobre migración con su homóloga mexicana, Alicia Bárcena, y los cancilleres de Colombia y Panamá, previa al diálogo binacional previsto para el día siguiente.
La “reunión híbrida sobre migración”, en la que participaron vía remota la ministra de Relaciones Exteriores panameña, Janaina Tewaney, y su par colombiano, Álvaro Leyva, se llevó a cabo a 6:30 p.m. del miércoles, hora local, y fue cerrada a la prensa, informó la Cancillería mexicana.
Aunque de momento no se dieron detalles sobre el encuentro, la frontera colombo-panameña, donde se localiza la inhóspita selva del Darién, se ha convertido en un multitudinario paso de migrantes por el que hasta finales de septiembre habían cruzado más de 400.000 personas, según el ministerio de Seguridad de Panamá.
La cifra récord es un 62% superior a todo el año anterior, cuando pasaron 248.000 personas, y está compuesta mayoritariamente por migrantes provenientes de Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia, aunque también hay chinos y afganos.
Tras atravesar el Darién, de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie, los viajeros intentan llegar a Estados Unidos a través de América Central y México.
La migración ilegal y el fentanilo, un tema de interés
En ese sentido, se tiene previsto que Blinken se reuna hoy jueves con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y luego encabece junto a Bárcena el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, un mecanismo de concertación.
La visita busca plantear nuevas medidas para contener el tráfico de fentanilo y la migración ilegal, que rebasan a ambos vecinos.
La cita ocurre en medio de la elevada mortalidad que producen el fentanilo y otras drogas sintéticas, traficadas por cárteles mexicanos, en Estados Unidos, además de la incesante llegada de migrantes a la frontera mexicano-estadounidense en busca de asilo o refugio.
Washington acusa a los cárteles mexicanos de fabricar el opioide con precursores adquiridos a empresas chinas, por lo que ambos socios piden a Pekín más cooperación. El pasado martes, Estados Unidos sancionó a una red de compañías de ese país asiático por su presunta participación en ese contrabando.
“Interrumpir la fabricación y tráfico de fentanilo” estará en el primer lugar de la agenda, anticipó a periodistas el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, quien acompaña a Blinken.
Para el presidente Joe Biden es prioritario “acordar mayores acciones” por parte de México que detengan el tráfico de insumos, dijo Stephanie Brewer, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Eso implica profundizar el intercambio de inteligencia, desmantelar cadenas de suministro y extraditar a traficantes, añadió.
Aunque López Obrador limitó el trabajo de agentes extranjeros alegando injerencias, México extraditó el 15 de septiembre a Ovidio Guzmán, uno de los herederos de Joaquín “Chapo” Guzmán, acusado de traficar fentanilo.
Garland anunció que su país pedirá la detención y entrega de otros tres hijos del “Chapo”, exjefe del Cártel de Sinaloa que purga cadena perpetua en Estados Unidos.
Ese grupo y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los más poderosos de México y sus nexos se extienden a varios países.
También será la oportunidad de “ampliar la cooperación” para que México ataque las redes financieras criminales y el tráfico de personas, y de extender el “enjuiciamiento” por contrabando de armas, indicó un alto oficial estadounidense bajo condición de anonimato.
*Con información de AFP.