La muerte de Rudy Lazo, un abuelo estadounidense de 79 años que fue agredido en Tijuana, México, mientras llevaba donaciones para familias vulnerables, ha conmocionado a la comunidad de ambos países. El hombre habría hecho caso omiso a las recomendaciones de no viajar por el aumento de la violencia en el país vecino, pero decidió hacerlo para apoyar a los necesitados.
“Siempre fue una persona muy generosa, ayudaba a cualquiera”, dijo uno de sus hijos en entrevista para el medio estadounidense NBC, recalcando una de las bondades de Lazo, quien residía en California y que según los reportes, fue asesinado a golpes mientras entregaba las donaciones que se había propuesto.
Según recoge el medio New York Post, Lazo era proveniente de El Salvador, y emigró a Estados Unidos en la década de los 80; el hombre de origen humilde trabajaba como conductor de camión y estaba constantemente buscando la forma de apoyar a quienes más lo necesitaban.
Su último viaje fue a mediados de abril, cuando Lazo partió de San Bernardino, California, hasta Tijuana, México, con la intención de entregar implementos como comida, ropa, y elementos de primera necesidad para los necesitados, sin embargo, desde el 18 de abril dejó de contactarse con su familia en Estados Unidos, lo alertó a sus seres queridos quienes se comunicaron con las autoridades locales.
Según recalcó el hijo de Lazo a NBC, fue justamente el día siguiente que la Policía lo contactó para que identificara un cuerpo, por lo que tuvo que viajar hasta México, donde se dio cuenta que la persona fallecida en el brutal ataque había sido su padre. Hasta el momento no se tienen pistas de los atacantes.
Sobre los motivos que habrían llevado a la muerte de Lazo, el hijo de la víctima indicó al medio citado que por el momento se maneja la hipótesis de un robo, puesto que ni siquiera encontraron los artículos personales del abuelo, solo dejaron la camioneta en el lugar del ataque.
“Él no se lo merecía. En realidad no, ningún ser humano se merece esto”, expresó el hijo de Lazo para el medio citado.
Además, se recalcó que el Departamento de Estado de Estados Unidos había indicado meses antes a la población que evitara hacer viajes hasta México por el aumento de la violencia en la zona. “Los delitos violentos, como homicidios, secuestros, robos de vehículos y robos, están muy extendidos y son comunes en México”, resaltó en una misiva el órgano gubernamental.
Y agregó: “El gobierno de los EE. UU. tiene una capacidad limitada para brindar servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses en muchas áreas de México, ya que los viajes de los empleados del gobierno de los EE. UU. a ciertas áreas están prohibidos o restringidos. En muchos estados, los servicios de emergencia locales están limitados fuera de la capital del estado o de las principales ciudades”.
Se trató de 50 adultos y 13 menores de edad, según señaló la fiscalía estatal en un comunicado, en el que detalló que nueve son originarios de Colombia, 43 de Ecuador, cinco de México, cuatro de Venezuela, uno de Perú y uno de República Dominicana.
Los migrantes fueron localizados en el centro de la norteña ciudad de Sonoyta, en Sonora, localidad fronteriza con Arizona, luego de que el consulado de Ecuador alertara sobre la desaparición de varios de sus ciudadanos.
Una vez liberadas, las víctimas fueron atendidas por un médico legista, quien corroboró su estado de salud. La Fiscalía de Sonora ofreció acompañamiento y atención psicológica por parte del Centro de Atención a Víctimas (Cavid), y la orientación legal sobre su situación migratoria.