De niños nos imaginamos estar en el espacio porque son innumerables las películas sobre astronautas, aliens y misiones a lejanos mundos. Así son muchas de las historias que cuentan los actuales astronautas y viajeros espaciales cuando hablan de su sueño cumplido.
La curiosidad invade a muchos sobre cómo puede ser la vida fuera de la tierra, en un módulo y las naves espaciales. La NASA, a través del programa Artemis, lidera este histórico esfuerzo de mantener una presencia constante en la Luna.
En el corazón de este proyecto se encuentra el Lunar I-Hab, un módulo diseñado como hogar temporal para los astronautas que orbitarán la Luna y realizarán estudios científicos que serán fundamentales para futuras misiones espaciales.
Dentro de esta misión, el módulo lunar I-Hab, desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y construido por Thales Alenia Space, proporcionará un entorno seguro y habitable. Este módulo formará parte de Gateway, una estación espacial que servirá como punto de apoyo no solo para misiones lunares, sino también para expediciones hacia destinos más lejanos, como Marte.
Con su lanzamiento programado para la misión Artemis IV, el lunar I-Hab es una de las piezas clave para que los astronautas puedan vivir y trabajar fuera de la Tierra durante largos periodos.
Vida en lunar I-Hab
Los astronautas llevarán a cabo sus rutinas en condiciones de microgravedad y se adaptarán a un entorno sin una atmósfera que los proteja de la radiación, cambios de temperatura bruscos y micrometeoritos.
Las pruebas de factores humanos realizadas en Turín en 2024 permitieron ajustar el diseño del módulo para asegurar que, a pesar del reducido espacio, los astronautas tengan áreas donde dormir, trabajar y mantenerse activos físicamente, ya que en microgravedad es vital realizar ejercicio para evitar la pérdida de masa muscular y densidad ósea.
Además de proporcionar seguridad física, el módulo está diseñado para cuidar la salud psicológica de la tripulación, que enfrentará largos periodos de aislamiento en un entorno confinado. La estructura del I-Hab, que incluye un sistema de soporte vital para mantener el suministro de oxígeno y agua y un sistema de reciclaje de CO₂, garantizará que los astronautas puedan vivir allí por semanas o incluso meses.
Actividades en el módulo lunar
La vida cotidiana en el Lunar I-Hab alternará entre la realización de investigaciones científicas y tareas de mantenimiento, apoyadas por tecnología avanzada y robótica desarrollada por la CSA (Agencia Espacial Canadiense) y la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial).
Experimentos sobre el impacto de la microgravedad en el cuerpo humano y el estudio de materiales espaciales serán parte de la rutina de los astronautas, quienes también realizarán pruebas para prepararse para futuras misiones a Marte, donde los desafíos de aislamiento y comunicación serán aun mayores.
Uno de los retos será mantener una comunicación efectiva con la Tierra, ya que Gateway estará a una distancia mucho mayor que la Estación Espacial Internacional. Para ello, ingenieros están desarrollando sistemas de comunicación de alta precisión para reducir el retraso en las comunicaciones y facilitar el contacto constante con la Tierra y entre los módulos de Gateway.