El hospital Gemelli de Roma, donde el papa Francisco fue operado este miércoles, es conocido como el ‘hospital de los papas’ y fue apodado por el fallecido Juan Pablo II como ‘Vaticano III’ por ser el tercer lugar que más frecuentaba a causa de su estado de salud.
“El Vaticano número uno es la plaza de San Pedro, el Vaticano número dos es la residencia veraniega de Castel Gandolfo y el hospital Gemelli se ha convertido en la sede número tres del Vaticano”, bromeaba Juan Pablo II.
La tradición pontificia de acudir a este centro hospitalario empezó en mayo de 1981, cuando el papa polaco resultó gravemente herido en la plaza de San Pedro por los disparos del turco Mehmet Ali Agça y tuvo que ser ingresado de urgencia en Gemelli.
La operación duró casi seis horas, ya que una bala se había incrustado a pocos centímetros del corazón. Su robusta constitución le permitió superar la prueba, aunque le dejó secuelas.
El hospital Gemelli, construido en un terreno donado por el papa Pío XI a inicios del siglo XX para la facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, se inauguró oficialmente en 1964.
En la décima y última planta de uno de los bloques de hormigón armado, el bloque E, se encuentra el apartamento privado para los papas, de unos 200 metros cuadrados, con habitaciones para los acompañantes y asistentes, equipado con muebles austeros además de una pequeña capilla.
Benedicto XVI nunca fue internado en ese centro, mientras que el argentino Francisco ha estado ya tres veces, contando esta última para su operación por una hernia incisional.
La primera vez fue en julio del 2021, para una delicada operación de colon, que lo obligó a permanecer diez días y la segunda, por una bronquitis a finales de marzo.
El hospital Gemelli, cuyo nombre completo es Fondazione Policlinico Universitario Agostino Gemell, es el mayor hospital de Roma y uno de los más importantes de Italia. Cuenta con restaurantes, librerías, una cafetería y varias capillas.
Más de 5.000 personas trabajan en ese centro, según su página oficial, que aún forma parte de la Universidad del Sagrado Corazón y se encuentra a unos 6 kilómetros de la plaza de San Pedro.
La salud frágil de Francisco
El papa Francisco, hospitalizado este miércoles por una hernia incisional, tiene 86 años y sus condiciones de salud se han deteriorado debido a los problemas que padece en una rodilla, una dolencia de la que no hay información oficial y de la que el pontífice ha dicho que no quiere operarse.
Por casi una década, el mundo lo conocía por sufrir de una ciática crónica que lo obligaba a cojear vistosamente y por la que tuvo que renunciar en varias ocasiones a ceremonias oficiales y posponer viajes.
Sin embargo, Francisco cojeaba por un pie plano más que por su ciática, según escribió el médico y periodista argentino Nelson Castro en el libro “La salud de los papas”.
A la edad de 21 años, Francisco casi muere por una pleuresía, según su biógrafo Austen Ivereigh, y por ello le tuvieron que extirpar unos quistes del pulmón en 1957. En ese libro recordó ese episodio y confesó que entendía cómo se sentían las personas que padecieron coronavirus.
“Tienen que luchar para respirar a través de respiradores artificiales”, subrayó en alusión a su enfermedad juvenil. En enero del 2021, el Papa fue vacunado contra el covid-19.
De sus achaques se sabe que cuando era arzobispo de Buenos Aires solía ir a un acupunturista chino por los dolores de espalda, según contó su biógrafo en el diario The Tablet Catholic.
También sufrió “cálculos biliares” y en 2004 tuvo un problema cardíaco “temporal” debido a un ligero estrechamiento de una arteria, de acuerdo con su biógrafo. Sus problemas hepáticos fueron resueltos en cambio con un cambio de dieta.
Con información de AFP