La guerra desatada por el grupo terrorista Hamás en Israel, sigue cobrándose la vida de muchos inocentes. Esta vez porque las Fuerzas de Defensa israelís, informaron sobre la masacre ocurrida en el kibutz Kfar Aza, lugar donde ahora reina el dolor, el desastre y la muerte.
“Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en salas donde trataron de ponerse a resguardo y cómo los terroristas los mataron. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista”, describe el general israelí Itai Veruv.
Lo anterior, porque decenas de bebés fueron encontrados muertos, varios de ellos decapitados. Imágenes que han estremecido al mundo, por lo que se generaron cientos de voces de rechazo sobre este atroz hecho que sigue acabando con la vida de personas inocentes.
“Los bárbaros de Hamás masacraron a 40 bebés durante los ataques del 7 de octubre. Israel honrará a cada una de las víctimas de estos atroces ataques terroristas islamistas. No nos detendremos ante nada para hacer que estos terroristas paguen un alto precio”, escribió la Embajada de Israel en Francia en la red social X (Twitter).
“Había muchos, más de cien” muertos, contó el portavoz, Motu Bukjin. Los milicianos “dispararon contra todos, asesinaron a sangre fría a niños, bebés, ancianos, a todos”, agregó.
Víctimas de Hamás
Más de 900 personas murieron en Israel desde el inicio de la ofensiva, unas 250 de ellas en un festival de música organizado en el desierto cerca del enclave, y 2.616 resultaron heridas.
Los milicianos también mataron a “más de 100 personas” en el kibutz de Beeri, informó el portavoz de la ONG Zaka, que participó en la identificación de las víctimas.
Del lado palestino, 765 personas perecieron en los bombardeos israelíes y unas 4.000 resultaron heridas, según las autoridades locales.
Cuatro periodistas palestinos perdieron la vida este martes en un ataque israelí en la ciudad de Gaza, informó un sindicato de prensa.
El grupo islamista amenazó el lunes con ejecutar a los rehenes secuestrados en Israel, unos 150, entre los que figuran niños, mujeres y jóvenes capturados en el festival de música. “Cada ataque contra nuestro pueblo sin previo aviso será respondido con la ejecución de uno de los rehenes civiles”, anunció el brazo armado de la organización islamista.
El ejército israelí bombardeó el puesto fronterizo de Rafah, que comunica la Franja de Gaza con Egipto, tres veces en 24 horas. Este punto de paso es la única salida del enclave palestino que no está controlada por Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comparó el ataque de Hamás con las atrocidades cometidas por el grupo yihadista Estado Islámico (EI): “Los terroristas de Hamás ataron, quemaron y ejecutaron niños (...). Son salvajes. Hamás es el EI”.
Asedio “prohibido”
Israel impuso el lunes un “asedio total” en la Franja de Gaza, para que no llegue “ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas”, en palabras de su ministro de Defensa, a este territorio de 360 km2 donde malviven 2,3 millones de palestinos, ya bajo bloqueo israelí desde hace 16 años.
La ONU advirtió que ese tipo de medidas está “prohibido” por el derecho internacional humanitario y señaló que, desde el estallido de la guerra, más de 187.500 personas del enclave palestino se han visto obligadas a desplazarse.
La Unión Europea (UE) y el Consejo de Cooperación del Golfo, que agrupa a varios países de la región, pidieron un “apoyo financiero duradero” para los palestinos, en un encuentro de sus ministros de Exteriores en Omán.
Un habitante del enclave, Muhammad Najib, de 70 años, explicó que abandonó su cada el lunes tras los avisos de los israelíes. El martes, de regreso a su barrio, Al Rimal, se encontró con una “escena terrorífica”.
Israel retiró sus tropas y evacuó a los colonos del enclave en 2005, después de haberlo ocupado desde 1967. Pero mantiene el control del espacio aéreo y de las aguas territoriales e impuso desde 2007 un estricto bloqueo, con el que controla todos los bienes y personas que cruzan la frontera.