Ecuador elevó este miércoles a 14 el número de fallecidos a causa de un deslizamiento de tierra en el sur del país, donde las tareas para rescatar a decenas de personas avanzan a cuentagotas, informaron autoridades.
Con el paso de los días las probabilidades de encontrar sobrevivientes se agotan, pero los socorristas continúan trabajando sin descanso en la búsqueda de 67 desaparecidos tras el alud del domingo en Alausí, en la provincia de Chimborazo, a unos 300 km al sur de Quito.
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Una pedazo gigantesco de la montaña se desprendió y calló sobre el pueblo de unos 45.000 habitantes. El deslave deja también 33 heridos y 163 casas afectadas, de acuerdo con el más reciente balance emitido por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR).
En febrero la zona donde se produjo el derrumbe fue declarada en "alerta amarilla" por las intensas lluvias que golpean a Ecuador desde enero. Además, las autoridades habían advertido sobre el hundimiento de una vía aledaña.
Día y noche familiares de personas atrapadas y rescatistas continúan excavando. Cada tanto aparecen ropas, fotografías y objetos personales.
El gobierno dispuso tres albergues y ordenó evacuar 600 viviendas cercanas a la zona del derrumbe, que cubre un área de 24,3 hectáreas.
El presidente Guillermo Lasso ha asegurado que las labores de rescate continuarán "el tiempo que sea necesario". Antes del deslave, Ecuador ya reportaba 22 personas fallecidas y más de 6.900 viviendas afectadas por las fuertes precipitaciones.
El temporal obligó al gobierno a declarar la semana pasada el estado de emergencia en 13 de las 24 provincias, con el fin de mover recursos económicos para atender a los damnificados de inundaciones y deslizamientos.