El número de muertos en la tragedia de la ‘masacre de Shakahola’ nombre del bosque en Kenia donde se reunía una secta evangélica que practicaba ayunos extremos, ha aumentado a 403 después de que se descubrieran 12 nuevos cuerpos, según informó una funcionaria regional.
El equipo médico-legal ha exhumado los cuerpos y se espera que el balance siga aumentando, ya que aún se están buscando fosas comunes en la zona costera de Kenia, tres meses después del descubrimiento de las primeras víctimas.
La mayoría de los cuerpos exhumados se cree que pertenecen a seguidores de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church), liderada por el pastor autoproclamado Paul Nthenge Mackenzie, quien abogaba por ayunar hasta la muerte para “encontrarse con Jesús”. Mackenzie está detenido desde el 14 de abril y enfrentará cargos, incluido “terrorismo”.
Otros 16 individuos son acusados de formar parte de un grupo que velaba para que los adeptos no abandonaran el ayuno o escaparan del bosque.
Las autopsias han revelado que la mayoría de las víctimas murieron de hambre después de escuchar oraciones. Algunas de ellas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas, según los resultados de las autopsias.
El bosque de Shakahola será declarado “lugar de memoria”, anunció el ministro del Interior en respuesta a esta tragedia.
La justicia también ha iniciado procesos por “tentativa de suicidio” contra 65 seguidores que se negaban a alimentarse después de haber sido rescatados del bosque.
La masacre ha generado conmoción en Kenia y ha puesto a las autoridades bajo críticas por no haber impedido las acciones del pastor Mackenzie, quien ya había sido detenido por sus prédicas extremas. La negligencia de la policía local y las autoridades judiciales también han sido objeto de críticas. Se ha planteado la necesidad de reformas legales para controlar a predicadores delincuentes.
Este incidente ha reavivado el debate sobre el control de los cultos en Kenia, un país mayoritariamente cristiano con un gran número de “iglesias”.
Bosque en memoria de las victimas
El gobierno de Kenia informó que quiere convertir el bosque de Shakahola en un memorial, dedicado a las más de 250 personas halladas muertas en el lugar donde se reunían los adeptos de una secta evangélica que abogaba por el ayuno extremo.
La policía estima que la mayoría de los cadáveres pertenecen a fieles de la secta de Paul Nthenge Mackenzie, un pastor autoproclamado de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, que defendía morir hambre para “conocer a Jesús”.
“El bosque de Shakahola (...) donde se cometieron graves crímenes no seguirá siendo como era”, declaró el martes el ministro del Interior, Kithure Kindiki.
“El gobierno lo transformará en un memorial nacional, un lugar de memoria para que los kenianos y el mundo no olviden lo que ocurrió aquí”, añadió.
Los investigadores exhumaron nueve cadáveres el martes, llevando a 251 el número de personas fallecidas, un balance provisional. Por el momento, 95 personas fueron rescatadas en la zona, según la policía.
Algunos de los fallecidos, entre ellos niños, fueron estrangulados o golpeados.
Extaxista y fundador de su “iglesia”, Paul Nthenge Mackenzie, de 50 años, está acusado de “terrorismo”. Está detenido desde que se entregó a la policía el 14 de abril, tras la primera intervención de las fuerzas de seguridad en el bosque.