El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, logró mostrar el jueves un fuerte sentimiento de unidad frente a Rusia tras su invasión a Ucrania, en una serie de tres cumbres con líderes occidentales en Bruselas.

El mandatario estadounidense de 79 años fue la figura central de los encuentros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), el G7 y la Unión Europea (UE).

Sin embargo, los limitados resultados prácticos de las tres reuniones pusieron de relieve las escasas opciones de que disponen estos países, incluso estrechamente alineados, para confrontar a Rusia.

Al reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, Biden subrayó que "lo más importante que tenemos que hacer en Occidente es estar unidos".

El presidente ruso Vladimir Putin, advirtió Biden, intentaría dividir a la Otan, aunque Estados Unidos y sus aliados multiplican y fortalecen las sanciones a Moscú por la invasión a Ucrania.

Rusia, dijo Biden, "preferiría enfrentarse a 30 países independientes, y no a 30 países unidos', y prometió buscar "la unidad total y completa entre las principales democracias".

Hasta el momento, más allá de la agresiva retórica en el apoyo al gobierno del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, la unidad de los países occidentales se materializó fundamentalmente a través de la política de sanciones.

Estados Unidos, el Reino Unido y la UE han impuesto graves sanciones económicas a Rusia al tiempo que aprestan el envío de armamento pesado a las fuerzas ucranianas.

Pero las capitales europeas por ahora no extienden esas sanciones al gas y el petróleo ruso, por el impacto que ello tendría en su propia seguridad energética.

"Las sanciones nunca disuaden"

Y como el propio Biden reconoció el jueves, esas sanciones no lograron convencer a Rusia a cesar las hostilidades en Ucrania.

Al ser consultado por la prensa, Biden no logró esconder su frustración.

"No dije que, de hecho, las sanciones disuadirían [a Putin]. Las sanciones nunca disuaden", dijo.

Las sanciones que los líderes de la OTAN y la UE volvieron a comprometer, argumentó Biden, no estaban destinadas a evitar la invasión de Rusia sino a "aumentar el dolor" al gobierno ruso.

"La razón por la que pedí esta reunión de la OTAN (...) es para estar seguro de que, después de un mes, mantendremos lo que estamos haciendo", apuntó el presidente estadounidense.

"No solo el próximo mes, el mes siguiente, sino el resto de este año entero", y esa constancia es lo que detendrá a Putin, apuntó.

La declaración conjunta emitida por Biden y los líderes de la UE reflejó esta determinación.

En su cumbre, los líderes "pasaron revista a sus esfuerzos en curso para imponer costes económicos a Rusia y Bielorrusia, así como su disposición a adoptar medidas adicionales y detener cualquier intento de eludir las sanciones".

Un funcionario de la Casa Blanca dijo que reafirmaron "un apoyo continuo a las sanciones y la asistencia humanitaria, con un fuerte mensaje de unidad transatlántica y la necesidad de mantener el rumbo".

Pero después de un mes de un conflicto en Ucrania no hubo promesas espectaculares de medidas más duras.

Zelenski ha insistido a los líderes europeos que detengan las importaciones de petróleo y gas de Rusia.

Sin embargo, funcionarios estadounidenses admiten que si bien Estados Unidos es un exportador neto de energía y puede darse el lujo de rechazar las exportaciones rusas, varios aliados europeos dependen del gas ruso para mantener sus luces encendidas.

Las negociaciones prácticas en Bruselas se centraron más en evitar que Rusia encuentre una manera de eludir las sanciones, por ejemplo, actuando para evitar que liquide sus reservas de oro.