En tiempos recientes, no se recuerda una cumbre de la OTAN tan decisiva y llena de expectativas y tensiones como la que acaba de concluir en Vilna, capital de Lituania.
La admisión de Ucrania en la alianza, por supuesto, se robó toda la atención, aunque ello no llegó a buen término para frustración del presidente de ese país, Volodímir Zelenski, quien libra una sangrienta guerra contra la Rusia de Vladimir Putin.
Pero en medio de tanta gravedad, se colaron incidentes que dan para ponerle un poco de buen humor a un mundo dividido y emproblemado.
El presidente Biden no solo fue gran protagonista de la reunión, sino de uno de esos episodios curiosos, cuando llamó Vladímir a al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Ello no tendría nada de particular, si no fuera porque lo confundió con la persona con quien menos querría verse involucrado el mandatario de la nación de Europa del Este: Vladímir Putin, presidente de Rusia y quien hace ya cosa de año y medio invadió su patria y la tiene sumida en la peor guerra europea desde 1945.
En medio de una rueda de prensa, Biden expresó: “Vladímir y yo... No debería ser tan familiar”. Como si se hubiera percatado del error, corrigió al instante: “El señor Zelenski y yo hablamos acerca de la clase de garantía que podríamos establecer mientras tanto cuando yo estuve en Ucrania y cuando nos encontramos en otros lugares”.
De acuerdo con el New York Post, la transcripción oficial de estas declaraciones de la Casa Blanca, rompió esta vez con su costumbre de copiar a pie juntillas lo dicho por el presidente y le “enmendó la plana”.
Así, en la parte donde dijo equivocadamente el nombre de su homólogo, puso el correcto, Volodímir.
A la postre, el error de Biden no sería tan garrafal si se tuviera en cuenta que Vladímir y Volodímir son formas distintas de un mismo nombre que tiene mucha tradición en los países de Europa oriental.
Solo que Volodímir es el modo más usual en Ucrania, que en otra época fue una de las repúblicas de la extinta URSS junto con Rusia, Bielorrusia y la propia Lituania, sede de la cumbre, entre otras naciones.
Ambos nombres, entre otras curiosidades, significan “gobernante del mundo”, un deseo que muchos le endilgan a Putin.
En cuanto a Biden, la prensa de su propio país comenta que esta es la última de una serie de errores que le suelen jugar malas pasadas en lo que se refiere al tema de Ucrania y su guerra con Rusia.
El New York Post recuerda que, el año pasado, dijo “the iranians” (los iraníes), cuando lo preciso era “the ukrainians” (los ucranianos), durante su acostumbrado Informe de la Unión al Congreso, hablando justamente de cómo Rusia los había invadido en febrero de 2022.
Más adelante volvió a tener otro de sus lapsus, al explicar que las tropas rusas fueron expulsadas de Fallujah, el sitio de la mayor batalla durante la guerra de Iraq, cuando quería decir en realidad Kherson, una localidad al sudeste de Ucrania.
El Post también afirma que en el último mes, Biden confundió a Ucrania con Iraq dos veces en doce horas.
Primero, le sucedió durante una en un evento para recaudar fondos, en el cual les dijo a los asistentes: “Piensen en esto: Si alguien les dijera (...) que somos capaces de unir a toda Europa en la embestida de Iraq (contra Rusia)”.
Luego, señaló en una rueda de prensa en la Casa Blanca que “Putin está claramente perdiendo la guerra con Iraq”.
La prensa opositora a Biden, y el Post hace parte de ello, está haciendo uso de estos percances para poner en tela de juicio las capacidades del político demócrata para seguir al frente del país.
“Biden, que ya es el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos, anunció en abril que aspirará a la reelección en 2024, a pesar de crecientes cuestionamientos sobre su agudeza mental”, dijo el tabloide neoyorquino.
Si es relegido, tendría 86 años para el final de su segundo mandato.
El mismo periódico anotó que Biden inquietó en la cumbre de la OTAN, pues no se presentó a la cena de inauguración del encuentro. Los funcionarios de la Casa Blanca lo excusaron diciendo que tenía bastante trabajo.