El candidato demócrata Joe Biden atacó con fuerza a Donald Trump este martes a una semana de las elecciones en Estados Unidos, acusándolo de rendirse ante la pandemia, pero el mandatario republicano respondió prometiendo una "superrecuperación".
Trump multiplica sus eventos de campaña con la esperanza de recuperar terreno y cambiar la dinámica, mientras su adversario demócrata pisa fuerte en terreno republicano con un visita al sureño Georgia, desde donde criticó al mandatario por su gestión de la crisis del covid-19, que ha dejado más 225.739 muertos.
En una campaña muy marcada por la pandemia y la alta participación, cerca de 67 millones de personas ya votaron por anticipado, lo que constituye un récord histórico.
Antes de salir de la Casa Blanca para su frenético recorrido por Michigan, Wisconsin, Nebraska y Nevada, Trump se lamentó sobre esta modalidad de voto.
"Sería más apropiado y mejor que el ganador se declarara en la noche del 3 de noviembre en lugar de estar contando votos durante semanas", dijo a los periodistas.
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En una apuesta de alto calibre, Biden, de 77 años, visitó este martes Georgia, un estado que ha votado por los republicanos desde hace décadas y que nadie hubiera soñado dar vuelta, pero en el que los candidatos están codo a codo, según las encuestas.
Desde Warm Springs, Biden prometió que va a "controlar el virus", en directa referencia a una declaración del jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, que afirmó: "No vamos a controlar la pandemia, vamos a controlar el hecho de que podemos tener vacunas".
Más tarde desde Atlanta, Biden acusó a Trump de "rendirse", pero lanzó un mensaje de optimismo.
"Vamos a unir al país con pruebas, rastreo y con mascarillas", afirmó en un mitin al que los asistentes acudieron en coche, para respetar la distancia social.
"Superrecuperación" o depresión
En la última semana de campaña Trump, de 74 años, está exultante tras la confirmación en el Senado de su candidata para la Corte Suprema, Amy Coney Barrett, con la que busca atizar a los votantes más conservadores y a la derecha religiosa.
Según el compilado de encuestas RealClearPolitics la ventaja de Biden a nivel nacional bajó a 7,4 puntos.
Pero el mandatario cuenta con que, tal como sucedió en la elección pasada, muchos sondeos que dan por ganador a Biden se equivoquen y al final logre dar la sorpresa el día de la votación.
Con la pandemia, Trump perdió uno de sus argumentos más sólidos para la reelección, una economía que logró que el desempleo tocara un mínimo de 3,5%.
El exmagnate inmobiliario Trump acusó a los demócratas de no estar "interesados en ayudar a la gente", en un momento en que la negociación para un nuevo plan de ayuda por la pandemia está paralizada.
"Después de la elección aprobaremos el mejor paquete de estímulo que jamás hayan visto porque creo que vamos a recuperar la Cámara baja", prometió.
"Esta elección es entre la superrecuperación de Trump y la depresión de Biden", sentenció.
Después, Trump se trasladó a La Crosse y a West Salem en Wisconsin buscando lastrar la ventaja de Biden.
Allí lanzó una advertencia a los votantes pidiéndoles que no dejen que los "socialistas radicales" tomen el poder con Biden como presidente.
"Fuimos complacientes"
Para intentar captar votantes que abandonaron al Partido Demócrata en 2016, el expresidente Barack Obama volvió al ruedo con un nuevo mitin en Florida, otro estado clave en la contienda.
"La última vez fuimos complacientes. Hubo gente que se puso un poco floja, la gente que dio las cosas por hechas. No podemos hacer lo mismo", afirmó Obama en Orlando.
Y en defensa de Trump, la primera dama Melania Trump salió a hacer campaña por su esposo por primera vez sola este año, alabándolo por ser un "luchador" y ofreciendo apoyo a las víctimas de la pandemia, en un discurso en Pensilvania, otro estado clave.
En la recta final, un fantasma agita la política estadounidense: la posibilidad de que resurjan las movilizaciones contra la brutalidad policial y el racismo después de que en Filadelfia un hombre negro con problemas mentales fuera abatido por la policía.
A finales de mayo, la muerte de George Floyd, un afroestadounidense asfixiado por un policía en Minnesota, desató una ola de protestas no vista en décadas.
En la noche del lunes, cientos de personas protestaron en las calles de Filadelfia, en medio de los cuestionamientos a la policía.
Frente a la política de Trump aferrarse a su mantra "Ley y orden", Biden se refirió a los hechos afirmando que no se puede aceptar que en el país "una crisis psiquiátrica termine en la muerte".