El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, evadió este viernes comentar la disputa entre Nicaragua y El Vaticano, que los mantiene al borde de la ruptura de lazos diplomáticos, y argumentó que no es experto en "cuestiones de Estado".
"En eso no tengo ninguna opinión al respecto, porque esas son cuestiones de Estado y yo no soy experto", dijo el cardenal a la AFP tras concluir la celebración del vía crucis en la catedral de Managua.
Nicaragua dijo el domingo a través del Ministerio de Relaciones Exteriores que "se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas" con el Estado Vaticano, días después de que el papa Francisco calificó al gobierno del país centroamericano como "dictadura grosera".
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"He escuchado algunos que dicen rompimiento, otros que dicen solamente suspensión", sostuvo el arzobispo.
"Entonces, pues yo no me quiero meter en problemas porque son cuestiones de derecho y son cuestiones de Estado, de Relaciones de Estado, entonces cuando yo no tengo un conocimiento profundo, mejor guardo silencio", explicó.
En el escueto comunicado, el gobierno de Nicaragua que encabeza el presidente sandinista Daniel Ortega no brindó explicaciones precisas sobre los motivos de su postura.
Sin embargo, como antecedente reciente, hace una semana en una entrevista al portal argentino Infobae, el papa Francisco dijo que el gobierno nicaragüense era una "dictadura hitleriana" y "grosera", y que el mandatario Ortega sufre un "desequilibrio".
A su vez, las declaraciones del pontífice se dieron pocos días después de que el gobierno del país centroamericano decidió cerrar dos universidades vinculadas a la Iglesia católica.
Durante la entrevista, el papa argentino hizo referencia sin nombrarlo al obispo nicaragüense Rolando Álvarez, condenado en febrero a 26 años de prisión por, entre otros cargos, "menoscabo a la integridad nacional".
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"Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio", manifestó.
El obispo de Matagalpa, de 56 años, estaba detenido desde agosto por conspiración y rechazó ser deportado a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país acusados de "traidores a la patria".
Aunque el cardenal Brenes no se pronunció sobre la disputa diplomática, reiteró su confianza en un diálogo que ayude a resolver las diferencias y los problemas del país.
"El diálogo yo siempre lo considero, es como esa plantita, tú la siembras y no sabes cuánto crece, cuánto no crece, cuánto tarda, y el Santo Padre ha dicho nunca hay que perder la oportunidad del diálogo", agregó el religioso.