De acuerdo con un nuevo estudio realizado a un núcleo de hielo de 600 metros de longitud, en la capa occidental de la Antártida, se plantea la posibilidad de que hace unos 8.000 años se presentó un fenómeno que deshielo que bajó rápidamente, lo que hace suponer a los científicos que el hielo de este continente podría desaparecer con más rapidez de lo imaginado y elevar el nivel del mar en el mundo.
En el estudio publicado en la revista Nature Geoscience, se analizó el núcleo de hielo, encontrando que una parte disminuyó hasta 450 metros, es decir, una altura superior a la del edificio Empire State, en un lapso de apenas 200 años. Esto habría ocurrido en la última fase de la Edad de Hielo, según plantearon los investigadores.
Para los científicos, esta sería una prueba del deshielo que podría repetirse en los próximos años, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático.
Eric Wolff, glaciólogo de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y autor del estudio, afirmó que con esta evidencia cambia la forma en que entienden el deshielo, “logramos decir exactamente cuándo retrocedió, pero también a qué velocidad lo hizo”, afirmó.
El riesgo ahora, según Wolff, es que “si empieza a retroceder, lo hará muy deprisa”, refiriéndose al deshielo en la actualidad.
Esta suposición deja abierta la puerta de la especulación catastrófica, puesto que si el científico está en lo cierto, al derretirse la capa occidental de la Antártida a un ritmo acelerado, el nivel del mar aumentaría hasta unos 5 metros, provocando inundaciones en las costas de todo el planeta.
Para Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado en Boulder, a lo que apunta este estudio es a evidenciar que “la cantidad de hielo almacenada en la Antártida puede cambiar muy rápidamente, a un ritmo que sería difícil de afrontar para muchas ciudades costeras”.
El análisis a los núcleos de hielo es posible porque estos están formados por las capas de hielo de nieve acumulada durante miles de años y albergan burbujas de aire antiguo, así como contaminantes, es decir, se trata de un archivo histórico de la atmósfera terrestre y los cambios ambientales que durante milenios se han presentado.
El estudio se hizo perforando el núcleo de hielo en Skytrain Ice Rise, zona del borde de la capa de hielo. En 2019, a través de un complejo proceso que consistió en perforar constantemente durante 40 días, para extraer un fino cilindro de hielo de unos pocos metros, que luego cortaron y guardaron en cajas aisladas mantenidas a 20 grados bajo cero. Estas muestras fueron enviadas a Reino Unido por avión y barco.
En los laboratorios de Reino Unido, los científicos midieron los isótopos de agua del núcleo de hielo, descubriendo datos importantes sobre las temperaturas del pasado.
Para Wolff resultó sorprendente comprobar la velocidad en que se había derretido la capa de hielo hace 8.000 años, no lo creía. “De hecho, pasamos mucho tiempo comprobando que no nos habíamos equivocado con el análisis”, aseguró.
En este sentido, como afirma Isobel Rowell, especialista en núcleos de hielo del British Antarctic Survey, científica coautora del estudio, esto genera mucha preocupación en cuanto al deshielo, porque para ella “hay muy poco o nada que podamos hacer para detenerlo”.
Es vital para la humanidad “no ir demasiado lejos”, agregó Wolff, aludiendo con ello a que debe remediarse el cambio climático. “Todavía podemos evitar estos puntos de inflexión”, concluyó el científico.